Luego de un tiempo sin hacerlo, Raquel Seltzer ha vuelto a escribir. Obligada por las circunstancias de un andar por la vida que no siempre se ajusta a lo que pretendemos, la querida vecina se había alejado de la pasión que siente por la escritura. Pero a medida que las dificultades fueron quedando atrás, también iba resurgiendo el contacto de Raquel y sus pensamientos, con la birome y el papel. A continuación, vemos el fruto de ese anhelado renacer.
Escrito horas antes de un nuevo ciclo
Hoy, 28 de diciembre, es mi cumpleaños. Teóricamente, hablan todos de mí, porque al este lo llaman “el día de los inocentes”. Faltan días todavía: pronto va a comenzar un nuevo año. Y despertaremos haciendo un recuento de los días que pasamos. Un balance. Con amor y paz, déjame aspirar el néctar de amor que siento por todos, especialmente, por mi esposo, hijo y nuera. Quisiera sentir también el aroma de los azares. Viva el amor. Suenen trompetas y flautas y, por qué no, un concierto de paz.
Pequeña semblanza
A riesgo de ser reiterativa, quiero hacer una pequeña semblanza de mi padre, José, quien habiendo padecido algunos inconvenientes personales, tuvo la entereza que lo llevó a pensar en el futuro de su familia. Era, quizás, bipolar, o de doble personalidad. Tuvo ambición, coraje y valor para enfrentar los avatares de la vida. Discutía y se sacaba los anteojos para defenderse, cuando alguien lo agredía. Amaba a su profesión, y nos inclulcó la natural vocación por el ajedrez, las damas, la historia del país y el trabajo. Cometió errores, como todos. No tuvo mala intención. Nos reprendió para que fuéramos sabias. Íbamos a la pequeña vivienda en Mar del Plata, con él y nuestra madre. Y por allí también invitaba a amigos y familiares. Quiero tener tu fuerza de voluntad, tu sabiduría y, sobre todo, tu amor.
Remontémonos al ayer
Remontémonos un poco al pasado, querido Andrés, esposo… Ese pasado que nos remite a nuestra vida. Remontémonos al ayer. Al que vemos en la actualidad. Al día en que fuimos al club. Al día en el que tuvimos suerte. Eso te deseo. Salud, compañero de mi vida.
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