Columnas

¿Cómo hablar de otra cosa?

La fila en la farmacia de Elcano y Freire, extendiéndose por unos cuantos metros.

Quisiera escribir sobre otro tema. Si pasan tantas cosas en Colegiales… Pero me siento frente al teclado y… ¿cómo no hablar del Coronavirus? Las televisión, la radio, Internet… Las noticias sobre la pandemia invaden los medios. Prácticamente, no se ve ni se escucha nada más. De diez notas, aproximadamente nueve, tratan de lo mismo. ¿Por qué no diferenciarse, entonces? Pero no. Es muy difícil no abordar la cuestión que tiene en vilo a la Argentina y al mundo.

El barrio es una muestra de lo que ocurre a nivel país. Colas en las farmacias, en los supermercados, en las verdulerías, en las carnicerías. Locales que, por precaución, reducen la cantidad de público en su interior. La contracara son los negocios donde no se venden comestibles para llevar ni artículos de limpieza: su clientela ha mermado considerablemente. Otros directamente bajaron la persiana. Carteles colocados a la vista del público, indican que así será hasta el 31 de marzo, fecha en la que culminaría una etapa del aislamiento ordenado por el Gobierno.

Un cartel en un supermercado «chino», explica la razón por la cual el personal atiende con barbijos.

Federico Lacroze, Álvarez Thomas, Elcano… Avenidas que usualmente tienen mucho tránsito, están raleadas. Si se posa la atención en las calles de adentro, parece feriado. En las plazas no hay casi nadie. Los chicos, que no deben ir a los colegios desde el 16 de marzo, no van a jugar allí. Tampoco se los ve por las calles. En la Plaza Garicoits, el sector infantil fue inhabilitado con cintas. En algunos supermercados “chinos”, hay personal que atiende con barbijos. Es extraño escuchar que la gente hable de otro asunto que no sea el Coronavirus; lo hacen en las puertas de las casas, en las esquinas, mientras caminan por el barrio…

El Mercado de las Pulgas, es uno de los lugares donde se determinó cerrar hasta el 31 de marzo.

Los anuncios del presidente Alberto Fernández, indican que a partir del viernes 20 la denominada cuarentena, será todavía más dura, con la finalidad de detener la propagación del virus. ¿Cómo hacer entonces, para sentarse delante de una PC y escribir sobre otra cosa en estas horas?

Se puede, eso sí, darle un enfoque diferente a la nota. Quitarle -intentarlo, al menos- cierto tono a catástrofe y publicar estas líneas unidas a un mensaje de esperanza, de confianza en que las medidas adoptadas por el Gobierno llegan a tiempo, son acertadas. Y, por supuesto, al anhelo ferviente de que nuestro Señor quiera que pronto, tanta incertidumbre, miedo, ansiedad y tristeza, lleguen a su fin.

Pablo Wildau

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