Vecina de la Comuna 13 –vive a pocos metros de la Estación Belgrano C-, Raquel Seltzer también sabe lo que es caminar por las calles de Colegiales. En este texto rememora su infancia en el Gran Buenos Aires comenzando por evocar sobrecogedoras escenas propagadas por un circo que visitó su terruño natal.
Una carpa grande sobre un terreno baldío, donde nací, Munro, corazón del conurbano, y tu encanto enorme circo, con tus copos de azúcar, con tus trapecistas y payasos pintados en su rostro con colores. Los domadores de leones y la infancia prendida de esa gran ilusión.
Fanny, tu melena al viento veo, tu danza española recuerdo, y tu envuelta en el vestido azul de gasa, tu sonrisa y dulzura al hablar, tu alma de diva al cantar, bailar e interpretar a Bach o Debussy.
Elisabet vuelve a romper los vidrios de la casa de nuestros abuelos, camina por las calles aledañas a la Quinta de Olivos, canta aunque no estemos juntas porque siempre estamos unidas para toda la vida, ríe con risa contagiosa, lee e interpreta a algún escritor o actor, seduce con tu cuerpo y alma al amor de tu vida. Quiéreme como siempre, volvamos a jugar con las muñecas.
Verano porteño, hoy el día invita a recordar a un bandoneonista inmortal, Astor, tu representas la calle Corrientes como nadie lo ha hecho, Balada para un Loco a pesar de ser distinta, es hermosa en los versos de Ferrer, echado como a un mercenario, solo después se te reconoció, quizás Goyeneche te cantó, eres Buenos Aires hecha cancion, es hermosa como la voz de Susana Rinaldi y Amelita Baltar. Siempre vivirás en todo el orbe, 2 por 4 tu compás en clave de sol o fa.
A mis adorables perritas, mucho tiempo atrás, cuando tendría yo 13 años o más y mi papa estaba construyendo su nueva morada, Elisabet y yo encontramos una perrita blanca en los andamios de la obra, era Marilyn Monroe en su versión canina, su pelo abundante y sedoso que bañábamos con amor. Dios quiso que tuviera cría, la veíamos a menudo. Su nombre fue Chiquita pero ocurrió una vez que faltó de nuestra casa y nunca mas la vimos, tal vez consiguió una vida mejor. También tuve a mi perro Wolf, no registra mi memoria cuando ingresaste a mi hogar, solo sé que tu nombre significa Lobo, eras un ovejero que recuerdo cuando corrías al picaporte de la puerta principal para abrirla porque algunos de nosotros llegaba, nos saludabas ladrándonos. Te habían preparado una casilla especial para que allí vivieras, una replica de una casa de muñecas, pero vos preferías el interior del hogar, solo te recuerdo parecido a Rin Tin Tin, con una oreja caída, recuerdo como te erguías y bajabas al sonar las palabras Up o Down, te llevo en mí para siempre.
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