Gente de Cole

Voces de mi Comuna

VAMOS, PEQUEÑO…

Vamos pequeño, que empiezas a aprenderlo todo, lo que te rodea investigas y señalas con tu manito lo que necesitas. Caminas con tu andador alrededor de la casa, haces cantar a tu sonajero, muerdes tu chupete, aprendes las letras y te colocas tu babero. Siéntate cerca nuestro y sabrás primero la palabra mama, algún día crecerás y podrás jugar a tirar al aire globos de colores, a remontar barriletes y a ver el sol y la luna.

Yo sabía que esto podía ocurrirme, pero aun me quedan esperanzas para tener fe en ti, que siempre me cobijaste en tu seno y me libraste de males mayores. Aun siento el perfume de jazmines y enredaderas de mi infancia junto a mis familiares. Dulce vida, te gozo plena de alegría después de la tormenta que nubló mi horizonte hasta lo mas profundo de mi ser, hoy la paz me invade y tranquiliza mis días con aroma de flores de mi jardín encantado.

Verdes olas que suben y bajan en suave vaivén, yo te veo hermoso, mar que silenciosamente transitas junto a la playa, la besas como amante furtivo y te despides para reencontrarte al alba. Luz que iluminas la vida eres tu, sol. Yo te contemplo todos los días cuando penetras por el ventanal y llenas de colores mi vida.

Para mis amigos, yo les deseo lo mejor, que Dios los acompañe siempre, en los buenos y malos momentos, de felicidad o de tristeza, de salud o enfermedad, de indulgencia o rencor, de riqueza o pobreza, que en todo momento los bendiga con su bondad infinita y que tengan paz para toda su vida.

Llora, que tus lagrimas son gotas de rocío o de lluvia, que a nadie le importa si sufres, si mueres, si eres bueno o malo, si has hecho buenas acciones, si es loco el mundo o si la loca es una. Canta el violín ahora y su solo me trae recuerdos de mis seres queridos, penas del alma que son como el tiempo que deja surcos en la cara.

Hoy estoy agradecida por lo poco que poseo, que para mí es mucho, puedo ver todavía para escribir mis versos, tengo afectos, muchos me aman, pero por sobre todas las cosas soy humana y aprendo día tras día de mis errores.

Raquel Selzter

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