Columnas

Voces de la Comuna 13

Lluvia, caes vertiginosamente por la ciudad. Implacable, fugaz y hermosa.

Te llaman Chola, y eres Jorgelina, remisera. Hace un “siglo” que no nos vemos, pero te tengo en la retina. Dame paz, háblame.

A Patty. Sujeta tu cabello. Muévete como una boa. Lleva tu canto al cielo y asciende a las estrellas.

Quisiera sentirme libre, para volar como los pájaros. Sentir el olor y el perfume de las plantas. Oír música despacio. Reírme con todos y dar salud y amor.

Dependa lo que se entienda por milagro, yo tengo fe en ellos. Por ejemplo, yo consideré como tal comunicarme contigo, hermano.

Querida Angelita. Siento mucho amor por usted. Con usted yo no siento temor. Dios le dé salud y felicidad.

Viejo duraznero, hoy te soñé. Con tus hojas moradas, bien erguido te mantenías. Quiero caminar hacia ti.

Para Analía. Espero tu agradable compañía; en un día como hoy simpatizo contigo. Por tu acento, me atrevo a decir que eres del interior de la Argentina. Aquí va este pequeño recuerdo mío. Cantemos con amor, juntas, un vals peruano. Tienes encanto.

Jessica, eres muy femenina a pesar de que tienes autoridad. Encuentro pocas palabras para decirte que eres como una mujer que se esconde tras sus ojos con un corte a la garzón, para defenderse de los demás.

Elisabet, hermana. Me pregunto, ¿cómo estás? Tengo fe en los milagros. Te veo con tu cabello recogido, tu cutis blanco, paseando por la ciudad conmigo. Rezo por ti.

Querido Andrés. Te busco y no te encuentro. Recuerdo tu rostro, tu amplia sonrisa, tus cincuenta años. Y una lágrima de dolor cruza mi rostro.

Hoy siento en mi corazón un vago temblor de estrellas, dice Gustavo Adolfo Bécquer. Hijo, deséame salud.

Vuelve hacia mí vida. Te quiero ver, sana de mente y cuerpo. Escucha el palpitar de mi corazón. Hay cosas que están bien, que no comprendo, pero que están bien.

Raquel Seltzer

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