Negocios de barrio
Don Eduardo Villavicencio ha paseado su destacada pluma por distintos sectores de la Ciudad de Buenos Aires. Su talento para la poesía, en este nuevo escrito, regresa a Colegiales y alrededores para instalar una temática muy particular: la de los comercios de barrio, aquellos negocios de los rubros más diversos, esos que en una gran mayoría, dejaron de existir, pero que no obstante, han perdurado en la memoria del experimentado vecino, quien a través de estas líneas, los trae al presente mediante una colosal evocación.
Los negocios de mi barrio, dónde solíamos comprar
Son historias de un pasado, que ya nunca volverá
El elmacén de Valente, la tienda de Badurian
La panadería de Zabala, el zapatero Panosian
La fiambrería de Rodríguez, los rusos con su bazar
Dos carbonerías de Delgado, y una en Zabala, Don Solá
El mercado con sus puestos, la cadena GDA
Vinería La Superiora, peluquería de Lito más acá
La librería de Begega, frente a la estación de tranvías
Por muchos años vecinos, gran zapatería Vidal
La tintorería Nipón, Müller con su electricidad
Vidriería Frumento Hnos, frente al baile Pacará
Nicola y su peluquería, Gómez y su triciclo a pedal
Que repartía la leche, diariamente en el barrial
Tenorio también en un tiempo, vendía factura y pan
Y al recibirse sus hijos, dejaron de trabajar
El corralón de Gandulfo, con maderas en variedad
Y depósito de materiales, todos para edificar
La cafetería de Vila, que cuando veníamos de bailar
Era parada obligada, para un submarino tomar
La zapatería El Gurí, que no tenía rival
Porque vendía barato, y llamaba así a comprar
Tres farmacias fueron por años, de muy gran notoriedad
La de Galli, 8 Esquinas, y Céspedes sin nombrar
La peluquería de Pepe, donde se iban a peinar
Las mujeres de la zona, y también a conversar
El almacén de Martín, que en Céspedes todavía está
Es uno de los más viejos, por siempre perdurarán
¡Cuántos negocios del barrio, hoy quisiera recordar!
Pero casi todos se han ido, para nunca regresar
Porque al pasar por sus calles, y no verlos en su lugar
Se hace un nudo en mi garganta, porque ellos ya no están más.
Foto: una antigua imagen de la librería Begega, de Álvarez Thomas y Forest. Este histórico comercio sigue en pie, yendo rumbo a su centenario, pues fue fundado en 1927 (Crédito: gentileza familia Begega).
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