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Una vueltita por el nuevo Parque Ferroviario

Inaugurado hace algunas semanas, estas son algunas de sus características.

El Parque habilitado recientemente mide aproximadamente 300 metros de largo por unos 50 de ancho. Situado al costado de las vías del Ferrocarril Mitre, va desde la calle Zabala, hasta Virrey Olaguer y Feliú.

Hay otro sector del mismo espacio verde que ya había sido inaugurado a mitad de año. Se encuentra junto a las mismas vías, pero entre Federico Lacroze y Palpa, con una extensión aproximada de 200 metros y el mismo ancho.

El diseño contempló la permanencia de antiguos elementos ferroviarios, como rieles, durmientes y hasta una herramienta utilizada por los trenes para el cambio de trayecto por sobre las vías.

Se plantaron numerosos árboles, algunos, en el medio de las viejas vías del tendido ferroviario. Estos árboles todavía son muy pequeños. En consecuencia, habrá que esperar para que proyecten abundante sombra. Por ahora, el parque cuenta con esa carencia, es decir, que durante los días de altas temperaturas, probablemente el nuevo espacio recreativo todavía no sea la mejor opción para pasar una tarde soleada.

El parque está conectado con la Plaza Juan José Paso, de Moldes entre Virrey Olaguer y Feliú y Virrey Loreto. Para pasar de un sitio al otro no existen restricciones. En la mencionada plaza sí hay una frondosa arboleda. También juegos infantiles y cancha de fútbol/básquet.

Se instalaron dos bebederos, con el nuevo formato de color azul, que incluye terminales para niños, adultos y mascotas. Hasta los últimos días de noviembre únicamente funcionaba uno de ellos: el que está en uno de los extremos del parque, próximo a la calle Zabala. Hay otro (el que todavía no contenía agua) que se encuentra en la punta opuesta, cerca de Virrey Olaguer y Feliú.

El Parque Ferroviario, al igual que la Plaza Juan José Paso, cuenta con un enrejado cuyas puertas se cierran con candado durante la noche.

Entre el Parque y el sector del playón más cercano al tendido ferroviario que une las estaciones Belgrano R y Colegiales, se instaló un alambrado de alrededor de sólo un metro de altura. Esto posibilita que la gente que quiera pasar hacía las vías pueda hacerlo sin mayores dificultades. Se ha visto, por ejemplo, el caso de adolescentes que tras trepar por dicho enrejado, llegaron hasta los vagones abandonados desde Zabala hacia el lado de Federico Lacroze, en los cuales ingresaron a curiosear.

En el extremo próximo a Virrey Olaguer y Feliú, se construyeron mesas y bancos de piedra. También, algunos bancos de madera. En el lado opuesto, más cercano a Zabala, hay una suerte de anfiteatro semicircular, que se logra apreciar en su real dimensión desde el puente peatonal que cruza las vías por sobre la mencionada calle.

A la altura de Virrey Arredondo se destacan un par de construcciones que emulan a las estructuras de los viejos galpones del ferrocarril que sobreviven en sectores del playón no habilitados al público. Dentro de estos nuevos “galpones” (sí abiertos al público), se colocaron canteros con vegetación y se instalaron bancos de madera. Además, por sobre las estructuras de hierro se ven plantas trepadoras que, más crecidas, prometen dotar de sombra reparadora a los visitantes.

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