Barrio Mío

Recorro tus calles, Colegiales

Hoy: Zárraga.

Apenas dos cuadras y algo más son las que tiene Zárraga en Colegiales. Ese “algo más”, son unos veinte metros comprendidos entre Delgado y Forest, avenida que separa nuestro barrio del de Villa Ortúzar. En esta breve cuadra hay un bar/restaurante bastante concurrido cuando falta menos de una hora para que sea el mediodía de un miércoles de febrero. El local gastronómico ofrece sus productos a través de una pizarra. Así se puede saber, por ejemplo, que un café con leche con tres medialunas, cuesta 800 pesos. En Zárraga y Forest, pero enfrente, hay otro local, en este caso, cerrado definitivamente y en venta. Por lo que indica la gastada cartelería que ha sobrevivido, se trataba de un negocio de lonas.

Al atravesar Delgado, Zárraga se deja descubrir como una calle tranquila, caracterizada por su empedrado y frondosos árboles que proyectan una sombra muy bienvenida en esta época del año. Las viviendas son bajas en su gran mayoría. La fachada de una de ellas, está llamativamente pintada de negro y amarillo, tal vez, señal de que ya está lista para ser demolida y que en ese sitio levantarán un edificio. Una solitaria mujer camina sin prisa, el conductor de un auto circula muy despacio, como queriendo estacionar (le cuesta encontrar lugar) y un barrendero junta hojas caídas. Unas cuantas de color marrón, nos remiten hacia un otoño al que todavía le falta más de un mes para hacer su entrada.

Zárraga y Gral. Enrique Martínez. Un cartel señalizador dice “calle sin salida”. Efectivamente, los vehículos no cuentan con salida a Superí, pues antes de arribar al final de la cuadra, la arteria muere junto a una pintoresca plazoleta, de nombre, precisamente, Zárraga. La historia de este curioso rincón del barrio vale la pena ser contada en forma sintética: en la década del 80, en lugar de la plaza había dos antiguas propiedades que fueron demolidas con la finalidad de abrir la calzada y conectarla con Superí. La primera parte del objetivo se cumplió, pero las obras quedaron inconclusas y por un tiempo un gran terreno baldío suplantó a los inmuebles demolidos. Los vecinos del edificio lindero, afectados por la presencia del baldío/basural, tuvieron la iniciativa de construir este coqueto predio de descanso con una fuente circular en su centro. El trabajo vecinal, resultó de enorme gravitación para que en 1987, se inaugurara el espacio.

Debido al abrupto corte de la calle, si en la cuadra anterior el movimiento vehicular era escaso, en la “cortada” es prácticamente nulo. Hermosas casas y coches estacionados de ambos lados, anteceden a la plazoleta, cuya fuente, en estos momentos, no tiene agua. Del lado izquierdo, una pequeña galería comercial presenta locales de rubros variados, de los cuales, sólo está abierta una casa de artículos de limpieza. Un hombre pasa caminando con la ayuda de un bastón y una pareja se sienta en un banco junto a la fuente inactiva. El espacio vecinal es generoso en carteles y letreros. Uno dice: “Colaboran en su cuidado la Comisión Amigos de la Plazoleta Zárraga”. Otro indica: “Señor vecino. Bienvenido. Ayúdenos a mantener limpio el paseo. Utilice las bolsas para recoger la suciedad de su mascota. Muchas gracias”. Entretanto, en un pequeño monumento, a pesar del paso de los años se alcanza a distinguir una palabra: “Paz”.

FICHA TÉCNICA:

Zárraga tiene su comienzo “oficial” en Superí, si bien, en esta esquina se encuentra la mencionada plazoleta y en la práctica, la calle se inicia unos metros más adelante. En Forest deja Colegiales para ingresar a Villa Ortúzar, y tras un recorrido de cinco cuadras, termina en Plaza, a unos metros de Álvarez Thomas. En total, son unas siete cuadras las que recorre.

EL MOTIVO DEL NOMBRE:

Clemente Zárraga (1808-1890) fue un general venezolano; guerrero de la Independencia, intervino en la toma de Puerto Cabello; emigró a nuestro país en 1883.

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