El Mercado de las Pulgas está cerrado. Como muchos lugares en Colegiales, en la Ciudad de Buenos Aires, en nuestro país y en tantos otros, las medidas preventivas para evitar la propagación del Coronavirus, alcanzaron también al histórico predio. Un cartel colocado en el acceso de Álvarez Thomas entre Concepción Arenal y Dorrego, señala que su cierre se mantendrá hasta el 31 de marzo.
La compleja situación que se vive en la Argentina y en el mundo a causa de la pandemia, da lugar a que, en relación al Mercado de las Pulgas, desempolvemos un viejo recorte de Clarín. Hace justamente una década, este diario realizaba una extensa nota acerca del predio, poniendo el foco en que, de la misma manera que hoy –aunque por motivos diferentes- estaba inhabilitado al público.
Título polémico
Con fecha del lunes 15 de febrero de 2010, ya el título amerita un párrafo aparte. “Palermo: el Mercado de Pulgas ya lleva cuatro años cerrado”. El autor de la nota se equivocó al ubicar este terreno en Palermo. Su jurisdicción pertenece claramente a Colegiales, ya que recién al cruzar Dorrego, el territorio cambia de nombre. Esta confusión, forma parte de la crisis de identidad que ha afectado a nuestro barrio. Ignorado por tanta gente, si hasta hay vecinos que, residiendo dentro de sus límites, a veces no saben que viven en Colegiales y no en Palermo, Chacarita o Belgrano. El crecimiento que ha ido experimentando el barrio en los últimos años, seguramente incida para que una equivocación de este tenor, hoy en día, sea más difícil de ver en un medio de comunicación tan masivo, y menos en un título. Pero por más que hayan pasado diez años, el hecho, desde luego, no deja de llamar la atención.
Reapertura demorada
A propósito del desarrollo del artículo, en él se hace referencia a un severo problema que tuvieron quienes allí trabajaban. En efecto, el Mercado permaneció en obras durante un lapso de cinco años, desde 2006 hasta 2011. En ese período de un lustro, los puesteros se mudaron en forma temporal a la manzana vecina, donde actualmente está la Plaza Clemente. Pero la vuelta tardó varios años más de lo esperado.
“A estas alturas, los vecinos y vendedores de antigüedades del Mercado de Pulgas de Dorrego, en Palermo, se plantean un interrogante que nadie contesta: por qué, con las obras avanzadas en un 90%, todavía sigue cerrado el nuevo edificio”. Así, comienza la nota. Enseguida, llega la respuesta: “Una parte del problema que frena las obras se puede encontrar en los sistemas de seguridad contra incendios, que nunca se instalaron y que aún están pendientes, incluso frenados por un conflicto legal”.
A continuación, viene la crítica hacia los políticos de distintos gobiernos: “…otra parte importante del problema acaso sea la falta de voluntad política que tuvieron las sucesivas gestiones para darle vida definitiva a un mercado tradicional, de gran atractivo turístico y que identifica el espíritu del barrio. El predio fue desalojado en abril de 2006 -post Cromañón y por graves deficiencias en los sistemas de seguridad y las salidas de emergencias, entre otras cosas- y aún continúa sin abrir. Y en el medio pasaron dos gestiones, las de Aníbal Ibarra y Jorge Telerman, y ya casi se consume la mitad de la de Mauricio Macri sin su reapertura. Lo peor es que habrá una nueva decepción, porque la última promesa del Gobierno porteño fue terminar la obra durante el verano y entregar el Mercado para marzo”.
Pero tal como vislumbraba el diario, en marzo de 2010 no se produjo su reapertura. Esto acontecería recién al año siguiente. “… los que también continúan esperando son los puesteros –indicó el periódico-. Desde hace cuatro años están instalados, con todas sus antigüedades y objetos de colección, en un galpón que no está en mejores condiciones que el que tuvieron que abandonar en su momento: sistemas de seguridad cero y sólo un par de baños para asistir a quienes trabajan y a los visitantes. Encima, los puesteros se debaten en una serie de internas por el desgaste que están sufriendo: están los que quieren irse ya mismo al Mercado nuevo, los que no (porque a partir de la mudanza el Mercado comenzará a funcionar como un consorcio y tendrán que pagar expensas) y a algunos les preocupa el vencimiento de sus permisos”.
Unos días atrás, los propietarios de los puestos habían repartido volantes en la zona, explicando el problema que estaban padeciendo. Y esperaban reunirse a la brevedad con gente del Gobierno porteño, en concreto, con Omar Yasín, director de Ferias y Mercados. Sin embargo, según lo que reflejaba el artículo, eran escépticos en relación a este encuentro. Tenían razón. Por su parte, Yasín explicó que el atraso se dio por incumplimiento de contrato de la empresa encargada de las obras. Agregó que a esta empresa se le quitaría la licitación para entregársela a otra firma.
Casi 16 meses después de publicada esta nota, el 11 de junio de 2011, finalmente, el Mercado de las Pulgas volvía a funcionar en su manzana original.
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