En febrero, la cuadra de Elcano entre Freire y Zapiola quedó cerrada al tránsito vehicular, consecuencia de que las obras que se están efectuando a fines de reducir el impacto de las inundaciones, se extendieron a este sector de Colegiales, muy importante desde el punto de vista comercial.
En este tramo de aproximadamente cien metros, se agrupan negocios de diversos rubros: dos supermercados, una heladería de reconocida marca, varios espacios ligados a la gastronomía, dos peluquerías, tiendas de ropa y más…
Los locales que se encuentran en las esquinas, en cierta manera lograron eludir la merma del movimiento comercial. En cambio, la falta de gente se siente más hacia el centro de la cuadra, donde la nulidad en la circulación vehicular genera una obvia disminución de la actividad. En un maxikiosco Pilu, el encargado no disimuló su preocupación, aunque trata de no perder el humor: «En principio hablaron que sería por seis meses pero yo estuve con gente de la obra que me dijo que podrían ser ocho. Yo creo que nadie lo sabe por ahora. Acá bajó mucho la venta. Acá, los autos iban por Elcano y paraban para comprar. Eso ya no existe. Pero bueno, no queda otra que tener paciencia…».
Casi a mitad de cuadra, Liliana, la dueña de un inmenso local de indumentaria deportiva, opinó algo parecido: «Habrá que aguantar estos meses y esperar que las obras terminen pronto, porque el movimiento es mucho menor. Antes teníamos las paradas de los colectivos casi en la puerta y eso traía público. Ahora nada. Eso sí, es muy bueno lo que están haciendo, porque acá bastante hemos sufrido las inundaciones».
En forma contraria a los entrevistados precedentes, la propietaria de una casa de ropa femenina no presentó quejas con respecto al momento laboral. «Nosotros abrimos hace dos meses, así que no puedo hacer una comparación con lo que sucedía antes del cierre de la avenida, pero si tengo opinar de lo que son las ventas en la actualidad, creo que estamos trabajando bien».
Unos metros hacia Freire, hay un negocio dedicado al rubro computación y telefonía. Dos jóvenes empleados confirmaron la caída de las ventas, aunque lo relacionaron más con la crisis económica que atraviesa el país, que con las obras del Arroyo Vega. «Este local está justo en la esquina, así que no sufre tanto como otros ubicados más allá. Igual, acá se siente como en otras lados, la situación creo que no escapa a lo ocurre a nivel general», indicó uno de los muchachos.
Sobre ambas veredas, si la circulación de peatones ha variado en comparación con épocas normales, lo ha hecho muy poco. Entretanto, en la zona de la calzada, una vez eliminado el intenso tránsito de autos y líneas de transporte de pasajeros -que fueron desviados hasta Avenida de Los Incas-, cobró protagonismo un impresionante despliegue de maquinaria y de empleados vinculados a la megaobra. Próximo a la intersección de Elcano y Zapiola, un gigantesco pozo acapara las miradas de algunos vecinos y comerciantes que, cuando no hay clientes en sus negocios, se asoman a curiosear por sobre el enrejado amarillo.
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