En este mes de agosto que a punto está de culminar, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires inauguró otro tramo de ciclovías en nuestro barrio, siendo el mencionado estreno parte de un ambicioso plan que incluye la totalidad de la Capital Federal.
La ciclovía en cuestión nace en Dorrego al 1400, a menos de una cuadra de la estación del subterráneo y del Ferrocarril Mitre, Ministro Carranza. A pocos metros de su iniciación, se desvía por Zapata, todavía en el barrio de Palermo. Cinco cuadras más adelante, tras cruzar Jorge Newbery, penetra en Colegiales y sigue hasta Olleros. Allí gira a la izquierda, continuando unos doscientos metros más, hasta Amenábar. En esta arteria hace otras dos cuadras más y finaliza en Teodoro García, justamente, al quedar interrumpida por otra ciclovía que va por dicha calle. La bicisenda de Teodoro García, por su parte, se extiende entre Moldes y Villanueva, aunque ya está proyectada su prolongación hasta Avenida del Libertador.
La decisión de las autoridades, como era de esperar, acaparó opiniones de diversa índole, polarizadas de acuerdo al rol que desempeña cada uno en el tránsito porteño. Los automovilistas que se expresaron, en general, encontraron un motivo más para manifestar su descontento, basándose en este nuevo recorte que acaba de sufrir el espacio vial. La falta de lugar para estacionar, que ya constituía un problema con años de arrastre, se vuelve más compleja aún en función de la flamante ampliación del camino de bicicletas.
Entretanto, la medida no es vista con malos ojos por los vecinos ajenos al parque automotor y desde luego, entendemos que ha sido recibida de la mejor manera por los ciclistas, que son cada vez más numerosos en Buenos Aires.
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