Columnas

Bien de familia

Mediados de mayo. ¿Cómo explicar este momento que vive el mundo? En la Argentina, así como en numerosos rincones del planeta, la denominada “segunda ola” del coronavirus golpea con dureza, más fuertemente que la primera, si se tienen en cuenta las cifras. Pienso: ¿cómo se encontrarán los familiares que viven fuera del país? En Israel la aplicación de las vacunas surtió efecto y el panorama con respecto al Covid-19 es mucho más alentador que en el continente sudamericano. Sin embargo, existe otro motivo de enorme preocupación allí: desde hace varios días, la zona se convirtió en un triste escenario donde la paz tan anhelada convive con el recrudecimiento del fuego y la violencia.

El Estado de Israel existe como Nación desde 1948. En aquel entonces, los Wildau que arribaron a la Argentina escapando de la persecución nazi, comenzaban a afirmar sus raíces en el nuevo territorio. Hacía aproximadamente una década que habían partido de Alemania y los miembros de la familia –familia que se iba agrandado en función del nacimiento de una nueva generación- se repartían entre dos pujantes colonias de Santa Fe y Entre Ríos, La Juanita y Avigdor respectivamente.

Los artífices de la fundación de las colonias agrícolas en la Argentina, habían sido optimistas en cuanto a ellas. De acuerdo a sus planes, estas poblaciones habitadas por inmigrantes, le darían al país un importante impulso a partir de la actividad que estos desarrollarían en zonas rurales poco o nada aprovechadas hasta el momento. Sin embargo, luego de un período de relativa prosperidad, la realidad fue otra. El ambicioso proyecto colonial, tuvo que debatirse contra factores no tenidos en cuenta y progresivamente, terminó quedando reducido a un lindo recuerdo. Más allá de algunas excepciones, la mayoría de las colonias europeas fue languideciendo. Y qué mejor ejemplo que tomar los casos donde los Wildau han sido protagonistas: Avigdor sigue existiendo, aunque con escasos pobladores. La Juanita, directamente desapareció.

Las razones que coincidieron para atentar contra el plan colonial son unas cuantas y aquellos analistas que estudiaron detenidamente el fenómeno, han escrito muchísimo sobre la cuestión. De tener que resumir las causas, lo más razonable sería mencionar lo ocurrido en el seno de mi familia. ¿Cuáles son las razones por las cuáles dejaron masivamente la Colonia Avigdor mis bisabuelos, sus hijos y sus nietos, y viajaron hasta Buenos Aires para establecer en la Capital Federal y sus alrededores su morada?

Para empezar, entiendo habría que hablar de una falta de adaptación:

1) mientras que en Alemania, por sus profesiones, lejos estaban de saber acerca de trabajos rurales, en su nuevo destino, para subsistir se vieron obligados a realizar tareas que en principio emprendieron sin dudar, pero alrededor de las cuales nunca llegaron a sentirse cómodos.

2) Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, los nuevos gobiernos de Alemania y Austria indemnizaron económicamente a las familias afectadas por el conflicto bélico. Los colonos recibieron, por ende, un ingreso de dinero impensado años atrás, cuando habían arribado al país con lo puesto. Esa remuneración extra, les permitió a hacer planes para abandonar el campo y radicarse nuevamente en las zonas urbanas.

3) Los hijos nacidos en las colonias habían dado allí los pasos iniciales en relación a sus estudios. Los chicos aprendieron en la escuela primaria lo básico para salir al mundo. Incluso, adquirieron enseñanzas del idioma castellano, ya que era el alemán el que  predominaba en los hogares de los viajeros. Pero sus padres no vislumbraban para ellos un futuro acorde a sus expectativas, en caso de continuar viviendo en el campo. Factores vinculados al estudio y al porvenir de los descendientes, se aliaron entonces a las razones enumeradas anteriormente, y determinaron la despedida del hogar que los había cobijado a finales de la década del Treinta.

Pablo Wildau

Fotos: arriba, antiguos habitantes -por ahora, no identificados- de la Colonia Avigdor (coloniasjudiasarg.amia.org.ar); abajo, vecinos de Colonia La Juanita en el salón de usos múltiples del pueblo (archivo personal de Mario Fritzler).

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