Una cosa que empieza con B… ¡Boyé!

«Yo te daré, te daré niña hermosa, te daré una cosa, una cosa que empieza con B… ¡Boyé!». El cántico se entonaba hace casi 80 años en las canchas argentinas. Y el día que se haga la lista de los vecinos «famosos» de Colegiales, sin dudas habrá que anotar a Mario Emilio Boyé, excepcional futbolista que brillara en la década del 40 y 50 en los torneos organizados por la Asociación del Fútbol Argentino. Puntero derecho surgido en Boca Júniors, el Atómico (apodado de ese modo por su potencia) alcanzó en la entidad de La Ribera su más alto nivel; también en Racing exhibió sus dotes de notable wing, jugando además en el Genoa de Italia, el Millonarios de Colombia y Huracán. De la Selección Nacional, aunque esporádicamente (totalizó 17 partidos y marcó 7 goles) vistió la casaca entre 1945 y 1951.

Aquí, con la casaca de Racing. En la foto principal, en Boca.

Boyé nació el 30 de julio de 1922. Su trayectoria comenzó en Boca, donde hizo las inferiores y debutó en primera en 1941. Permaneció en el club hasta 1949, y regresó en 1955, para terminar su carrera, totalizando 228 presencias y 124 goles. En el medio, pasó por Italia, Colombia y en 1950 firmó para Racing. Se quedó hasta 1953, jugando para la Academia 84 partidos, señalando 33 goles y siendo uno de los artífices de los títulos de 1950 y 1951.

En 1954 actuó para Huracán y al año siguiente, se retiró en la institución de la cual había surgido.

Boyé nació en Colegiales y vivió en Palpa 3223, casi esquina Conde. Falleció el 21 de julio de 1992. Es probable, que en la zona todavía vivan parientes del Atómico.

También ha sido recordada su incursión en el rubro gastronómico, como dueño (junto a su ex colega y rival René Pontoni) de La Guitarrita, reconocida pizzería -todavía hoy existente- cuya primera sucursal estuvo en Ciudad de la Paz y Blanco Encalada.

En Palpa y Conde, la vivienda que habitó sigue en pie.

¿Una información extra? Hay datos fehacientes de que Armando Mario Boyé (¿su padre?), domiciliado en Palpa al 3200, se asoció al Club Atlético Colegiales en la década del 40, en pleno apogeo profesional de Mario. De esto, da cuenta el vecino e historiador Roberto Banchs. Por supuesto, toda esta información que se desprende de la noticia principal, se convierte en tierra fértil para seguir indagando en la vida de Boyé y su relación con el barrio, y publicar en lo sucesivo, más artículos vinculados a este ilustre personaje que a la par de sus grandes hazañas futbolísticas, caminó por las calles de Colegiales como un habitante más del querido barrio.