Columnas

Historias de un vecino observador

Freire entre Céspedes y Palpa. No ha anochecido, pero falta poco… De todos modos, hay tiempo para que en la vereda, un nene de unos cuatro o cinco añitos, juegue a la pelota con ¿su hermanita?, tal vez apenas mayor, bajo la atenta mirada del que podría ser el papá de ambos. El chiquilín tiene puesta la camiseta del Chelsea de Inglaterra, con el número 5 y el nombre Enzo, en clara referencia, claro está, al argentino Enzo Fernández.

A la primera institución mexicana la hace figurar un muchacho que, con sus auriculares puestos, camina por Virrey Loreto, desde Delgado hacia Álvarez Thomas, cerca de la una de la tarde. Es el América, representado por su clásica casaca amarilla y negra.

Faltan minutos para las 2 de la tarde. De un edificio de Zapiola al 900, sale un adolescente con la casaca de All Boys.

Ya es de noche. Una pareja y un bebé en su cochecito, van por Conde desde Lacroze hacia Teodoro García. El hombre viste una chomba negra, con el escudo de Nueva Chicago. Gran coincidencia: unas horas atrás All Boys; ahora, Chicago… El clásico Floresta-Mataderos, se presentó durante la misma jornada.

Pronto serán las 7 de la tarde. Lacroze entre Martínez y Delgado. La casaca número 7 con el “Rolado” en la espalda vuelve a cobrar notoriedad. Esta vez, en cambio, no es del Manchester United sino a la Selección de Portugal. ¿Quién la luce? Un niño de unos seis años, que camina haca Delgado junto a quien probablemente sea su papá.

Segundos después de “CR7”, y en esa misma dirección, transita por Lacroze, cruzando Conde, un muchacho de unos 30 años con un pantalón corto blanco y el escudo de Comunicaciones.

El primer club colombiano: en la esquina de Zapata, el semáforo en rojo detiene a los peatones que van por Lacroze hacia Cabildo. Entre quienes se paran a esperar que cambie la luz, hay un adolescente –o quizás un poco mayor- con auriculares de gran tamaño y la camiseta del América de Cali, por debajo de su mochila negra.

Conde entre Teodoro García y Federico Lacroze. Hacia la avenida, precisamente, va caminando una joven pareja. Están casi a la altura de Pastas Conde. A pesar de que ya se instalaron las sombras del anochecer, es posible identificar el short de Sacachispas que viste él.

Echeverría y Moldes, barrio de Belgrano. Falta poco para que sean las 4 de la tarde. Un grupo de adolescentes con uniforme de colegio privado, se entretiene en la esquina. Uno de ellos lleva su convencional chomba blanca. Además, su vestimenta incluye un multicolor pantalón corto de Defensa y Justicia.

Sigo caminando por Belgrano. Unos minutos después del “avistaje” anterior, tomo Mendoza y giro a la izquierda en Ciudad de la Paz. Enseguida surge el próximo caso: en un local en refacción, un albañil se tomó un descanso. Tiene la mirada clavada en su celular y viste una casaca de Estudiantes de La Plata.

Nuevamente en Colegiales, me asombro gratamente al divisar una rareza. Se trata de la camiseta azul de la Selección de Japón. La lleva puesta un muchacho que camina por Virrey Arredondo, a pocos metros de la esquina con Zabala.

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