La noticia surgió en Colegiales y más de un medio masivo de hizo eco de ella, lamentablemente, a causa del fallecimiento de un hombre de 53 años que trabajaba en el barrio como paseador de perros y además era propietario de un pensionado canino. Su deceso se produjo cuando tenía diez mascotas a su cargo, hecho que provocó que éstas quedaran «varadas» por algunos días, pero la activa intervención de los vecinos consiguió que los dueños buscaran a sus perros con relativa prontitud.
A fines de diciembre, el paseador Roberto Harris, que vivía en Delgado al 1200, sufrió una descompensación en su domicilio y falleció. Los canes que llevaba a pasear quedaron en el interior de su casa, aproximadamente, entre el 20 y el 23 de diciembre, día en el cual la Policía ingresó y halló a Roberto tendido en la cama de su habitación.
El hecho que llevó a las fuerzas policiales a entrar a la vivienda, fue la imposibilidad de comunicarse con el paseador, por parte de algunos dueños de las mascotas y vecinos, quienes en vano trataron de ubicarlo, durante el lapso en el que nada se supo de su paradero.
El triste desenlace no demoró en tomar estado público, pues varias personas se movilizaron a fines de contactarse con los propietarios de las mascotas que aún no estaban al tanto de la situación, subiendo fotos y videos a las redes sociales. La iniciativa solidaria fue propagándose a través del día, llegando también a los medios de comunicación. Algunos canales de televisión enviaron a sus equipos de prensa, con periodistas cubrieron en vivo la noticia.
De tres de los perros el propietario era el mismo paseador, circunstancia que impulsó a los que colaboraron en todo el problema, a procurar conseguir gente que quisiera adoptarlos.
Foto: Minuto Uno.
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