Columnas

Bien de familia

El verano está en su etapa final. En la Argentina, al igual que en numerosas partes del mundo, se sigue combatiendo a la pandemia originada por el Coronavirus. Las vacunas importadas han llegado a estas costas y progresivamente, las dosis van siendo suministradas a la población. Sin embargo, el país no tiene paz: apenas iniciada la campaña, queda al descubierto una maniobra mediante la cual funcionarios y allegados al poder, utilizando privilegios e influencias, se vacunaron con anticipación, alterando el orden de prioridad dictado por el Gobierno.

El escándalo, el malestar de los argentinos por este asunto y la amenaza del COVID que no pierde fuerza, se da cuando pocos días faltan para que se cumpla un año, desde que fue decretado el aislamiento de la población. En mi afán de buscar otras coincidencias temporales que no tengan que ver con la pandemia, releo artículos familiares archivados unas semanas atrás, y me doy cuenta de que en este 2021, se cumplen 85 años de la fundación de Colonia Avigdor, el pueblo al que mis bisabuelos y sus tres hijos, arribaron cuando escapaban del nazismo. En aquel entonces, otro peligro, aunque ni invisible ni silencioso, también amenazaba con eliminar del mapa a millones de habitantes del planeta.

Ellos llegaron en 1938, sólo unos días antes de que en Alemania empezara una feroz persecución contra los judíos, con simbólico punto de partida en la denominada Noche de los Cristales Rotos del 9 de noviembre. El pueblo –la última de las colonias judías creadas en la Argentina- había sido fundado por la JCA en 1936.

No es sencillo saber la fecha exacta de la fundación, si es que este evento tuvo una fecha oficial. De hecho, habiendo buceado en Internet, no encontré ninguna. En cambio, aunque obviando este dato, diversos sitios sí ofrecen información respecto de Avigdor. De acuerdo a lo señalado por Wikipedia, en 2010, el Censo Nacional dio por resultado, una población de 692 habitantes. En la actualidad, “es una localidad y comuna de 1ª categoría del distrito Alcaraz 1° del departamento La Paz, en la provincia de Entre Ríos… “, indica el portal. Una ley de 2018, dice que “todo centro de población estable que en una superficie de al menos 75 km² contenga entre 700 y 1500 habitantes, constituye una comuna de 1° categoría”, agrega Wikipedia.

Diferente era la situación 85 años atrás. La JCA habían adquirido las tierras en 1932. Estas comprendían un área de 17.175 hectáreas, siendo sus localidades más próximas, Bovril, Alcaraz y Sauce de Luna.

El nombre del pueblo, representa un homenaje a Sir Osmond d’Avigdor Goldsmid, quien fuera presidente de la Jewish Colonization Association entre 1934 y 1940. En la página coloniasjudiasarg.amia.org.ar, se detalla: “Una de las pocas vías para conseguir visa de ingreso al país en aquellos años de inmigración restringida era dedicarse a la agricultura. La colonia también albergó a inmigrantes llegados más tarde de Rumania y Polonia. Al momento de estallar la guerra (1 de septiembre de 1939), vivían en Avigdor ciento doce familias, la mayoría proveniente de áreas urbanas y, en consecuencia, sin ningún tipo de experiencia previa en materia de agricultura. En su nuevo hogar, los colonos se dedicaron a la agricultura, la avicultura, la lechería y la horticultura. También crearon una asociación cultural denominada Centro Unión Israelita, una comunidad religiosa con su propia sinagoga, una sociedad de beneficencia y un club deportivo. El Estado provincial proveyó a los inmigrantes de una escuela, un hospital y un destacamento policial”.

El mismo sitio, explica que la colonia “estaba dividida en dos sectores: Corcovado y Capivara; y los centros urbanos cercanos más relevantes eran los pueblos de Alcaraz y Bovril. El periódico local se llamaba Der Pionier von Avigdor (El pionero de Avigdor), y se publicaba en alemán”.

Asimismo, lleva la mirada hacia el pueblo en sus actuales condiciones: “…aún viven algunas familias conformadas por inmigrantes judeo-alemanes y por sus descendientes. La sinagoga, que guarda una menorá (Candelabro de siete brazos) rescatada de un templo berlinés atacado durante la Noche de los Cristales Rotos, en los inicios de la Shoá (Holocausto), fue refaccionada y reabierta en el año 2000. Hoy Avigdor mantiene en actividad la sinagoga y su cementerio, que fue inaugurado en el año 1937”.

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