Gente de Cole

«A este barrio no lo cambio por ninguno»

Foto: la estación, andén sentido a Retiro, previamente a las reformas de 2015.

La labor del periodista es hermosa, aunque tiene sus momentos de ingratitud. La publicación de un reportaje correctamente escrito, por ejemplo, muy pocas veces es agradecida o elogiada por el entrevistado (a ciencia cierta, no tendría por qué ser así). En cambio, sí puede ocurrir que una coma puesta en el lugar equivocado, haga aparecer velozmente las quejas. Con los lectores, sucede algo similar. Por eso, un correo electrónico que ingresó a principios de este mes, provocó sorpresa y alegría en esta redacción. Y tras pedirle permiso a Delfina Blanco, la autora del mensaje, resolvimos darlo a conocer públicamente.
«En cuanto cae en mis manos la Revista, leo con avidez la información sobre los distintos acontecimientos del Barrio. Generalmente, los que habitamos este hermoso barrio, ‘no hacemos camino al andar’; por razones de tiempo o costumbre, hacemos casi siempre el mismo camino para llegar a nuestro hogar, por lo tanto, muchas veces pasamos por alto transformaciones que se van produciendo a lo largo de los años. Es por ello que nos resulta de gran utilidad contar con un medio que nos informe de las novedades en materia edilicia y cultural, además de escuchar las quejas de las cosas que se están haciendo mal y perjudican a los vecinos. Todo ello contribuye a una mejor convivencia y a mejorar la calidad de vida de nuestro barrio. Amo a este barrio, hace 35 años que lo habito; no lo cambio por ninguno».
El intercambio con la lectora continuó, ya que a la par de autorizar la publicación del primer correo, añadió una nueva reflexión: «Puede publicar mi comentario, no hay ningún problema. Quizás ello contribuya a que algún vecino se anime a enviarle una nota de agradecimiento y reconozca el esfuerzo que significa editar una publicación barrial. En la mayoría de los barrios de Buenos Aires existen personas que se han destacado en alguna disciplina, que son vecinos nuestros y además es muy posible que vivan muy cerca de nuestra casa, pero como suele pasar los ignoramos o no nos enteramos de su existencia. Es interesante, por lo tanto, rescatar y valorar a nuestros vecinos, que de una u otra manera ayudan a través de la palabra (en este caso escrita), a recordarnos cómo se formó el barrio, quiénes lo habitaron, qué hechos importantes tuvieron lugar en él; las transformaciones inevitables que se van produciendo a medida que caen bajo la piqueta casas antiguas semi derruidas, o terrenos ociosos cubiertos de yuyos donde moran toda clase de alimañas».
¡Muchas gracias Delfina!

 

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