Hace varios años, María Leonor, una vecina de Colegiales, le escribió una carta a una mujer quien, con vistas a un acto eleccionario de aquel momento, se postulaba para ejercer un cargo público a través de un espacio político. Hoy por hoy, carece de relevancia conocer el partido al cual pertenecía la destinataria. Pero más allá de este dato, María Leonor, que guardó en su computadora la carta, se comunicó con nosotros a fines de saber si existía la posibilidad de que aquella nota –o parte de ella- fuera publicada en este medio, seguramente, porque desde aquel entonces la realidad de nuestro país poco o nada ha cambiado y los problemas planteados por la vecina, continúan vigentes.
A continuación, la resumimos:
Con estas breves líneas, quiero hacerles llegar mi humilde aporte, como argentina, como mujer y como bisabuela jubilada. Un poquito de historia para que me comprendan mejor: (¡Por favor! No lo rompan ni lo tiren a la basura, léanlo cuando puedan. Gracias.)
Tengo 84 años, de los cuales trabajé 63. Entre otros, ocupé durante 33 años cargos en el Estado: Ferrocarriles Argentinos, Ministerio de Economía, Congreso de la Nación y Presidencia de la Nación. Siempre por la realización de mi trabajo, nunca por designaciones políticas. Durante todas las etapas de mi desempeño, escuché toda clase de promesas de los distintos partidos políticos, de las cuales algunas se cumplieron en parte, en especial si beneficiaban al de turno con harina para su costal, otras se olvidaron y otras volvieron para ser nuevas promesas incumplidas.
En todos los casos, cada uno prometía CONTROLAR lo que pasaba.
(Aquí iría el nombre del partido político al que se dirige la carta) quiere votos justamente para eso: controlar que se cumpla en algo las promesas de mejoras sociales, en todos sus aspectos: salud, educación y realidad económica. Por favor: prometan lo que por lo menos piensan que pueden cumplir en un 50%. Ustedes, la juventud de hoy y los niños, son el futuro. Son los que pueden hacer grande nuevamente a nuestra querida Argentina.
- Salud: no solo hay que hablar de PAMI. Sino de aquellos que no tienen cobertura pero necesitan atención. De los discapacitados: en especial los que necesitan que otros los ayuden para poder desenvolverse. Las madres que trabajan y deben atender la salud de sus hijos. Las madres solteras que por serlo, muchas veces son discriminadas. Como se discrimina también el color de piel.
- Tiene que regularse un sistema que permita a la madre cumplir con su necesidad hacia sus hijos y a la vez con su trabajo, necesario como aporte al hogar. A los discapacitados que cuenten con medios en horarios dignos para cumplir con la atención de la salud. A las personas mayores, sean jubilados o no, para que la necesidad de sacar turnos no le signifique arriesgar su seguridad y paradójicamente, su salud.
- Ya está comprobado que de los actuales sistemas, por teléfono, Internet, etc., ninguno resulta. Es incomprensible que en el Siglo XXI haya que hacer colas de tres horas para conseguir el primer número y después esperar otras dos horas para que atiendan ese número, para llegar a la ventanilla y que le contesten que no hay más turnos o lo dan para tres meses después.
- Agreguemos a ello, que si vienen extranjeros a atenderse, les dan prioridad porque no tienen otro recurso de salud ¿Y los argentinos, qué?
- Educación: el mismo caso del punto 4. No hay suficiente capacidad para la demanda de nuestros niños, pero hay prioridad para los hijos de los extranjeros porque recién llegan al país y “necesitan que sus hijos estudien”. Otra vez: ¿y nuestros niños qué?
- Economía del hogar: dicen que el PAMI es de los jubilados. Y… ¿qué recibieron los jubilados? Promesas. De las cuales muy rara vez y en escasa medida se cumplen. Como la del 82% móvil, ¿será para año verde en la Argentina del futuro? Sin embargo, se les pagan sueldos a los presos, además de mantenerlos. En vez de ser castigo es un premio a su mal proceder. Se dan planes sociales indiscriminados (también a los extranjeros que ni siquiera residen en el país) mientras, por no realizar el debido control necesario, se sacan asignaciones a discapacitados o a la vejez. Antes depuremos, hagamos el tan batallado control. También controlemos la herida profunda social que produce el NO CONTROL de la droga. El paco hace estragos en la juventud y la niñez. Se piensa que porque le dan planes sociales a los padres, los niños estarán cuidados y protegidos, todo irreal, al contrario, al dar dádivas prosperan los nacimientos para que la rueda continúe y se obtengan mayores y nuevos “planes”.
- Se hace “teatro” juzgando a corruptos y mafiosos/as, y los liberan por “falta de pruebas”. No hablo de ningún partido político en especial, ni razas ni religiones, porque ya sabemos de cuantas caretas se componen estos estamentos.
- Pido se considere un mejor pasar: para nosotros, los ancianos que tuvimos y tenemos aún la esperanza de ver resurgir a nuestra querida patria. Para que nuestros nietos, bisnietos y las generaciones futuras, no tengan que estar bregando siempre por las mismas injusticias sociales. Solo pedimos poder terminar nuestro pase por este mundo, con dignidad, sin tener que recurrir a dádivas y limosnas, ya que hemos trabajado para tener una vejez tranquila.
- Para que en todas las obras a realizar, se piense y considere, que la ciudad la transitan: jóvenes, ancianos, niños, discapacitados, trabajadores y turistas. Que tengan un mantenimiento acorde con las necesidades. Es difícil cambiar la mentalidad de aquellos que consideran que los grafitis son adornos, pero, si insistimos haciendo limpieza, tal vez se logre que lo entiendan.
- Estoy a disposición de Uds. Si en algo les puedo ayudar, de acuerdo a la mentalidad que manifiesto. Les deseo todo el éxito que se merecen y les digo: ¡ADELANTE JUVENTUD POLÍTICA DEL FUTURO! CON BRÍOS, PERO RECORDANDO QUE A LOS MAYORES NOS SOBRAN AÑOS, PERO, TAMBIÉN NOS SOBRA EXPERIENCIA. ¡Aprovéchenla!
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