Es uno de los escasos inmuebles rurales que le quedan a la Ciudad, y su mirador, es el segundo en importancia histórica. Construida hace 140 años en una zona de Chacarita prácticamente despoblada (hoy, la manzana Loyola-Bonpland-Fitz Roy-Aguirre), la casona de la familia Comastri era famosa. Tanto, que recibió la visita de presidentes como Nicolás Avellaneda, Carlos Pellegrini y Bartolomé Mitre. Pero tras la muerte de Agustín, su propietario, sus herederos la vendieron al Estado y el paso del tiempo no perdonó.
La mansión -que incluso sufrió un derrumbe parcial- y su cúpula se deterioraron durante décadas. Ahora, Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño se encuentra realizando tareas de restauración a través de una licitación. En septiembre, las obras culminarían, aunque no se sabe aún que uso le darán a la mansión. En una parte de esa manzana, desde hace muchos años funciona la Escuela Técnica Enrique Hermitte.
el MIRADOR COMASTRI tiene que tener el fin por el que tantísimos vecinos y descendientes de AGUSTIN COMASTRI ..lucharon……* que sea un centro cultural con visitas guiadas o libres para todo el que quiera conocer esa casona que guarda mucho de nuestra historia * no puede tener otro fin …..hace a la cultura y merece ser conocida …….