En diciembre, había sido cercada por un alambrado perimetral y quedó inhabilitada para el público. A partir de ese momento, se sucedieron una serie de arreglos que culminaron a mediados de marzo, procediéndose a su apertura.
Entre las modificaciones que se pueden apreciar, está la renovación del sector infantil, donde la gran novedad es el reemplazo de la arena por un piso de goma del que también están dotando a numerosas plazas porteñas. Los juegos antiguos también se sustituyeron por otros: la gran «vedette» es un castillo de madera con toboganes. Afuera de este sector, el césped se renovó completamente (se colocaron panes nuevos pues del anterior, ya pocos rastros quedaban) y sorpresivamente, fue eliminado el histórico mangrullo central.
Si bien la plaza ha sido habilitada las obras no están terminadas: entre lo que falta hacer, el canil de la calle Concepción Arenal acaso sea lo más importante.
Al margen de los trabajos pendientes, lo que más disfrutan los vecinos es poder utilizar nuevamente las instalaciones después de tanto tiempo.
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