Gente de Cole

Los pusieron «en vereda»

El barrio cambia al compás de los nuevos tiempos que genera el transcurrir de la pandemia… En el aspecto comercial, hay negocios que ya no están. Otros, han abierto sus puertas. Y además, un grupo que pertenece a los históricos del barrio, introdujo novedades como respuesta a lo que se denomina la “nueva normalidad”. Entre estas innovaciones, no todo tiene que ver con los protocolos. También, está la búsqueda de generar recursos a través de diferentes ideas. En el caso de la panadería y confitería Saint’Ángelo, de Zabala entre Delgado y Enrique Martínez, una hilera de mesas y sillas ubicada sobre la vereda, reemplaza a un banco tipo “plaza”, en el que apenas cabían un par de personas sentadas.

Ermelinda, una de las titulares del negocio familiar, explica que se dio la oportunidad de brindar este nuevo servicio y no le pensaron demasiado: “Supimos que el Gobierno de la Ciudad estaba empezando a dar esta posibilidad y rápidamente hicimos los trámites por Internet. En pocas horas nos otorgaron el permiso”. En forma simultánea, se pusieron en marcha para conseguir los elementos indispensables para concretar la idea: “Como no teníamos dinero para comprar las sillas y las meses, se nos ocurrió llamar a Coca Cola, que es uno de nuestros proveedores. Luego de insistir un poco, nos trajeron todo, incluso las sombrillas…”

El hecho de haber obtenido la autorización y de comenzar a explotar un recurso que en la pre-pandemia no parecía cercano, ofició como aliciente para insuflar una cuota de optimismo en Ermelinda y los suyos, que pese a lo complicado de la situación, se ilusionan con la recuperación. Ella coincide en que determinadas circunstancias, la llegada de problemas actúa para que surjan proyectos potencialmente positivos. “Al principio las cosas estaban realmente complicadas. El nivel de trabajo mermó considerablemente. No era difícil bajonearse ante una situación como la que pasamos. Pero seguimos adelante. No digo que ahora estamos como antes, pero por lo menos se ve una mejoría, y más todavía con esto de las mesas en la vereda, que nos da una chance extra de generar ingresos. Esta es una cuadra muy tranquila y los vecinos disfrutan el hecho de sentarse a tomar y comer algo”, cuenta Ermelinda, que planea más novedades para los próximos días, como ser, la colocación de una pantalla protectora para la zona del mostrador, que sustituya a las cintas plásticas que están desde el inicio de la cuarentena, y que ya debieron reemplazar varias veces.

Además, la familia ya determinó que en lugar del mes entero de vacaciones, el negocio permanecerá cerrado por quince días en enero. Será durante la segunda quincena.

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