Para leer la nota anterior:
Continúo esta breve historia de mi vida, relacionada con Colegiales y Buenos Aires, “mi” ciudad… Ya en 1970, con 18 años recién cumplidos, me inscribí en el curso de ingreso a la Facultad de Ingeniería, que se desarrollaba en el antiguo e icónico edificio de Avenida Las Heras 2214 -entre Azcuénaga y Pueyrredón-único de estilo neo-gótico de Buenos Aires, destinado originalmente, desde 1925, a Facultad de Derecho. A partir de 1948 hasta la actualidad, alberga varios departamentos de la carrera de Ingeniería. Simultáneamente, a partir del mes de abril, conseguí mi primer trabajo estable, como era usual en la época, a través de un aviso clasificado del rubro 31 del diario Clarín.
Mi flamante ocupación consistía en llevar a cabo la función de auxiliar administrativo, empleo comúnmente rotulado como “cadete”, en el Instituto para la Integración de América Latina (INTAL), un organismo que dependía del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sus oficinas estaban en pleno centro porteño, a una cuadra del Obelisco, con entradas por Cerrito 264 y Sarmiento 1118. Para llegar allí desde Colegiales, habitualmente tomaba el colectivo 184 en Conde y Céspedes, hasta Chacarita, y luego el subte de la Línea B hasta la estación Carlos Pellegrini. Al descender, cruzaba la Avenida 9 de Julio hacia Cerrito por el pasaje Obelisco Norte, que conectaba ambas calles entre Corrientes y Lavalle, por debajo del pavimento.
En dicho pasaje subterráneo había mas de cincuenta locales comerciales de los mas diversos rubros. Cuando me sobraban algunos minutos, me detenía en un negocio de venta de libros usados y revistas, antiguas con especial interés de mi parte, por todo lo relacionado con el deporte, especialmente fútbol y automovilismo. Sobre Carlos Pellegrini entre Cangallo (actual Presidente Perón) y Sarmiento, todavía funcionaba el Mercado Del Plata, donde en ocasiones, junto a compañeros de trabajo íbamos a comprar pan y fiambre para realizar nuestro frugal almuerzo. Posteriormente el Mercado fue reemplazado por el Tribunal de Faltas de la Ciudad.
Mi trabajo se dividía en dos partes, una dentro de la oficina en el sector de impresiones, compaginando documentos. La otra recorriendo las calles de la ciudad, por las cuales entregaba sobres y retiraba pasaportes visados de los funcionarios del Instituto, en las embajadas de los países de América, hacia donde éstos viajaban para asistir a cursos y dictar conferencias. Solo me acercaba mi trabajo a Colegiales si efectuaba algún trámite en el Instituto Di Tella, situado en Virrey Del Pino al 3200.
En 1971 ingresé al primer año de la Facultad y dejé aquel trabajo debido a la incompatibilidad de horarios entre ambas actividades. Ingeniería se ubicaba, como actualmente, en Paseo Colón 850, entre Independencia y Estados Unidos, en el barrio de San Telmo, frente a la plazoleta que tiene el monumento Canto al Trabajo, de Rogelio Yrurtia, emplazado allí desde 1937, y frente a la sede de la CGT, por el lado de la calle Azopardo. Es un edificio de estilo dórico, que fuera sede de la fundación Eva Perón hasta 1955, y que en 2011 fuera declarado monumento histórico. Desde ese lugar volvía a mi casa, optando entre los colectivos 33, 62, 93,130 o 152 hasta Retiro, y después, con el Ferrocarril Mitre, hasta la Estación Colegiales.
Andrés Rosen
Foto: el autor de la nota en la calle Aguilar. Al fondo, las vías del Mitre y los terrenos aledaños a la estación Colegiales.
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