Gente de Cole

La lucha del histórico Bar Conde

Las cosas cambiaron en relación al inicio de la cuarentena. Al igual que en otros barrios, el movimiento es mayor en Colegiales en comparación a fines de marzo. Muchos negocios pudieron reabrir. Sin embargo, hay unos cuantos que, o están imposibilitados por completo de hacerlo, o pudieron levantar la persiana con grandes restricciones. Es el caso, por ejemplo, del Bar Conde, el histórico reducto de Federico Lacroze y Conde, un punto tradicional de encuentro de vecinos y gente que estaba de paso por el barrio, que hoy sólo está habilitado para vender según la modalidad “take away», es decir, que el cliente pase a buscar su consumición por el local. En realidad, también podría adherirse al delivery, aunque sus propietarios, prefirieron no utilizar esta opción, simplemente, porque en un bar de estas características es limitado lo qué se puede ofrecer a domicilio.

Así lo da a entender Lucas Cofiño, quien desde temprano en la mañana y hasta pasado el mediodía, levanta la cortina metálica de la ochava –las demás permanecen cerradas-, para encarara el turno matutino. “Volvimos a trabajar a principios de mayo”, cuenta Lucas, uno de los hijos del histórico José Luis, que está al frente del local desde hace más de cincuenta años, pero que debido a la pandemia, casi no sale de la casa.

En el interior del bar, un ambiente familiar que hoy no es viable, y que muchos vecinos extrañan.

En el interior del bar, un ambiente familiar que hoy no es viable, y que muchos vecinos extrañan.

“Mi papá se queda adentro con mi mamá, es lo mejor para él. Yo vengo todos los días, vendo unos cafés y algunas facturas, pero obviamente, no es lo mismo. La gente pasa, mira, saluda. Claro, ellos quisieran sentarse en el salón, como era antes, y eso es imposible”. Cofiño junior desliza esta última reflexión con una mezcla de preocupación y nostalgia. “Yo vengo, sobre todo, para estar en contacto con la gente, no tanto por lo que se puede llegar a vender, que es realmente escaso. La poca plata que hiciste, vas al supermercado y se te va enseguida. Pero gracias a la charla con los conocidos del barrio, se te pasa el tiempo y esta situación tan complicada se hace algo más llevadera”.

A pesar de los tiempos difíciles, el Bar Conde no baja los brazos y ofrece café y facturas. Junto a la mesa, Lucas Cofiño.

A pesar de los tiempos difíciles, el Bar Conde no baja los brazos y ofrece café y facturas. Junto a la mesa, Lucas Cofiño.

La cuarentena se alarga y a los comerciantes como los Cofiño, no les queda otra alternativa que armarse de paciencia. “Es duro pero hay que seguir esperando. Lo positivo es que el dueño del local entiende la situación y no nos hace problema. Imaginate, hace 55 años que mi viejo le alquila. Por otro lado, están los demás impuestos, que tampoco se pagaron. En algún momento, no sé cuándo, habrá que ver qué hacemos con todo eso”, indica Lucas, que obtuvo un muestrario de cómo está la situación general, a través del mayorista que lo abastece del café. “Nosotros le comprábamos quince kilos por semana. Ahora, le estoy comprando dos. El vendedor me dijo que hay bares en el centro, que ni siquiera eso. Y hay otros que directamente cerraron”.

¡Fuerza, José Luis!

Hasta antes de la cuarentena, si bien no trabajaba muchas horas, su papá José Luis iba al bar todos los días. Desde fines de marzo, prácticamente no salió de su casa. “Los médicos nos dijeron que es lo más conveniente para su salud –comenta Lucas- . Él vive en el edificio de al lado y puede mirar el negocio desde el balcón. Por lo menos, cuando ve la persiana levantada, se pone contento. Yo lo traje un sábado, para que esté acá un ratito, le pareció raro ver esto así pero le gustó haber venido”.

Jose Luis tiene 80 años. Nació en Asturias, España, y llegó a la Argentina en 1960. En 1966, se hizo cargo del bar, que ya existía en esta esquina ¡en 1902! Por lógicas razones generacionales, desde hace un tiempo, es su hijo Lucas el que pasaba más horas en el local. “En una época a mí no me gustaba, prefería dedicarme a otra cosa, pero bueno, terminé dándome cuenta de que esto tiene un magnetismo especial, toda mi vida estuve acá adentro y hoy lo siento como si fuera una parte mía”, concluye.

Cuarentena. Apoyemos a los comerciantes y profesionales del barrio.

Bar Conde.

Conde 701.

Tel: 4551-3889.

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