Deportes

Comuna 13: la historia de Daniel Ricardo Vélez

Nacido el 15 de agosto de 1964, Daniel Ricardo Vélez es uno de los jugadores a los que les tocó debutar en 1983 en la primera división riverplatense, ante la emergencia que la institución debió afrontar por la huelga de futbolistas profesionales. Vélez fue parte del equipo desde el arranque, cuando los dirigidos por Martín Pando debieron hacer su presentación en el ex Metropolitano ante Unión de Santa Fe, en el Estadio Monumental. El entrenador lo colocó en la posición de marcador lateral derecho, en una alineación compuesta por Adrián Rodríguez; Vélez, Roberto Diéguez, Carlos Karabín y Luis Gennero (reemplazado a los 63’ por Favio Spotorno); Héctor Vittor, Néstor Gorosito y Néstor Adrián De Vicente; Claudio López, Mauricio Trillo (a los 60’ suplantado por Pedro Troglio y Claudio Gavazzi. River perdió 3 a 0 aquel 10 de julio, por la séptima fecha del torneo.

Tres días más tarde, los pibes tendrían su revancha, frente a Platense, en Vicente López. Ese martes por la noche, vencieron 2 a 1 al elenco local, con goles de Gavazzi y Mercado. Para Vélez, no obstante, sería su último partido de la serie de siete que disputó la juvenil formación. La explicación, hay que buscarla en una serie lesión sufrida en el cotejo con Platense, en momentos en que su compañero Roberto Diéguez, por una contingencia del juego, lo golpeó en la zona de los riñones. Si bien el marcador de punta no dejó la cancha durante el trámite, pudo constatar su lesión poco después del partido, cuando le diagnosticaron un problema renal originado por el impacto del botín de Diéguez.

Ariel Dacko fue quien a partir de esta instancia, ocupó su lugar en el lateral derecho de la defensa del juvenil River. Con respecto al Indio Vélez –así lo apodaban en la intimidad- ya no volvió a ser de la partida en el campeonato. Aquejado por su grave lesión, debió someterse a una prolongada recuperación. Igualmente se restableció y en 1984 pudo saborear su regreso a la primera de La Banda. Fue el 20 de septiembre, en una victoria ante Temperley por 2 a 1 (goles de Francescoli y Tapia), en la propia cancha del Celeste, por la 20ª fecha del ex Metropolitano. Hacía poco que Luis Cubilla había dejado la dirección técnica, y el plantel superior lo dirigía en forma interina el triunvirato conformado por Adolfo Pedernera, Martín Pando y Federico Vairo, quienes dispusieron la siguiente alineación: Carlos Gay; Vélez, Jorge Borelli, Carlos Karabín y Julio Olartocoechea; Héctor Enrique, Reinaldo Merlo y Raúl Roque Alfaro; Norberto Alonso, Enzo Francescoli y Daniel Teglia (a los 72’, relevado por Carlos Daniel Tapia).

Luego de aquella solitaria presentación de 1984, ya no habría más partidos en la primera de River. Sin embargo, en 1985 prosiguió con su actividad futbolística, firmando para Tigre, que militaba en el viejo campeonato de la Primera B. En la institución de Victoria jugó 25 partidos y anotó un gol. Su próximo destino fue el fútbol del interior, más precisamente, la Liga de Rojas, Provincia de Buenos Aires. Los botines los colgó más de una década más tarde, representando a Gimnasia de Concepción del Uruguay. A continuación siguió ligado al deporte haciendo foco en la dirección técnica, con especial énfasis en la faz formativa.

Ya recibido de técnico, fundó una escuela de fútbol en la zona norte del Gran Buenos Aires. En noviembre de 2015, brindó un largo testimonio para la cuenta de Facebook del club Tigre Júniors. “¿Cómo llegaste hasta aquí con este método no frecuente en la mayoría de los docentes futboleros?”, le preguntaron. Y respondió: “Preparándome todo el tiempo que puedo, estudiando, leyendo y aprendiendo mucho de los chicos. Desde que empecé con mi doctrina, me fui alejando poco a poco de lo que es la competencia para asentarme en lo que es la formación. Siempre consideré primordial las bases técnicas por sobre la competición en un niño. Lo mío es una mezcla de los viejos potreros de barrio, inferiores de River, sus maestros, pasión por la docencia y la influencia de mi querido viejo, ‘El Tito’ Vélez, que en paz descanse. Me repetía hasta el cansancio que lo verdaderamente importante en un niño no son los triunfos, sino el crecimiento técnico y conceptual del juego. Mucho de mi trabajo se ha basado y enfocado a lo largo de estos años en eso”.

La nota fue titulada: “Los chicos son lo más sagrado”. En el final del reportaje, el entrevistado lo fundamentó: “Aprendí que son ellos lo más sagrado y extraordinario que tenemos en esta vida, por eso en la indumentaria que representa a mis escuelas de fútbol se puede leer: Mateo 19:14, un versículo bíblico que dice: ‘Dijo Jesús: Dejad a los niños que vengan a mí, no se lo impidan, pues es de ellos el Reino de Dios’; y con eso está todo dicho”.

Foto: Daniel Vélez, ejerciendo la docencia (Facebook Club Tigre Juniors).

Deja un comentario