En Céspedes y Alvarez Thomas, la tranquilidad de un domingo por la mañana se vio alterada ayer, por la irrupción de cámaras y micrófonos, que se dieron cita en el lugar alertados por el asesinato de una mujer, a quien encontraron sin vida en el departamento de Céspedes al 3400.
Se llamaba Mirta Avancini, tenía 52 años y era kinesióloga. Fue hallada, maniatada y con una venda elástica en el cuello, en el baño de su consultorio, presuntamente luego de varios días de haberse producido el crimen.
Mirta vivía en Palpa al 3500, a dos cuadra de su lugar de trabajo: el 5º piso D de dicho edificio de la calle Céspedes. El autor del asesinato, -que luego desvalijó el departamento de la kinesióloga-, también sería responsable de haber cometido un robo, en el «A» del mismo piso, ya que el jueves pasado se recibió una denuncia al respecto.
Mirta era oriunda de la provincia de Corrientes. Su hermano fue quien alertó a la Policía, tras varios días de no tener noticias de ella.
El crimen de Avancini es investigado por el juez en lo Criminal de Instrucción porteño Eduardo José Cubría y los detectives de la División Homicidios de la Policía Federal.
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