Comuna 13/Belgrano/Excursionistas.
Patricio Sayegh: «A Excursio lo voy a seguir siempre»
Allá por la segunda mitad de la década del 70, Jacobo Sayegh y sus cinco pequeños hijos varones, llegaron a Pampa y Miñones y se pusieron a jugar a la pelota en el patio descubierto que el club tenía detrás de la tribuna lateral. No fue en una ocasión aislada: los Sayegh volvieron y repitieron su fulbito recreativo una y otra vez, mientras en forma casi instantánea, quedaban enganchados al quehacer deportivo de la institución del Bajo Belgrano. La familia comenzó a alentar al primer equipo de Excursionistas que participaba en el campeonato de Primera C, en tanto los hijos de Jacobo (Javier, Patricio, Gonzalo, Diego y Hernán), se anotaban para vestir la camiseta verde y blanca, de acuerdo a su categoría, en los torneos de baby fútbol. Con el tiempo, los hermanos fueron dejando la actividad futbolera con excepción de Patricio, quien luego del baby hizo las divisiones inferiores hasta alcanzar la primera en 1984. Si bien la realidad de cada integrante de la parentela fue variando, lo que se mantuvo inalterable es el romance entre los Sayegh y Excursionistas. Entretanto, la carrera futbolística de Patricio trascendió las fronteras albiverdes y luego de varios destinos intermedios, terminó en Israel, nación a la que arribó hace aproximadamente 35 años. Tras jugar en numerosos equipos israelíes, el hábil y veloz wing izquierdo de la categoría 1967, finalizó una extensa campaña y, en la misma tierra, comenzó a ejercer la dirección técnica, labor que hoy continúa desempeñando.
Desde Haifa, la ciudad donde reside, vía whatsapp se produjo el diálogo con Patricio, quien entre otras cosas, evocó lo sucedido en un precoz debut en la primera de Excursio, ya que su presentación ocurrió cuando todavía no había cumplido los 17 años. Fue el 20 de octubre de 1984: el equipo que dirigía José Pintado, perdió con San Miguel 1 a 0 en la desaparecida cancha de Muñiz. Era la antepenúltima fecha del certamen de Primera C, con un conjunto que andaba por el fondo de la tabla y un técnico que hacía jugar a los chicos del semillero de cara al cierre del año futbolístico. Sayegh, que cumpliría 17 años el 28 de diciembre, actuaba en la quinta división. Esa tarde, salió entre los 16 y luego saltó a la cancha en reemplazo de Nelson “Pito” Robino. El estreno “lo tengo grabado hasta el día de hoy. Excursio no estaba peleando por nada y nos dieron una oportunidad”, rememora.
Las últimas dos fechas también ingresó como refresco en el transcurso del partido. En 1985 sumó una nueva presencia, cuando sobre el final del campeonato, la dupla Perfecto Rodríguez-Oscar Gómez, volvió a apelar a los juveniles pues el elenco principal se había clasificado para el octogonal y los titulares fueron reservados en un partido ante Central Córdoba en Rosario. Los pibes golearon en condición de visitante, con una espectacular actuación de Claudio Caimi, quien, siendo autor de tres goles, tuvo un espectacular debut. El Polaco Caimi – centrodelantero y goleador- era el socio futbolístico de Sayegh en las inferiores albiverdes. Los senderos del fútbol, hicieron que muchos años más tarde, se reencontraran en un equipo israelí.
Hubo luego un paréntesis en la relación Sayegh-Excursionistas, dado que el Pato viajó a España con el objetivo de continuar su carrera allí. Lo sucedido en la Madre Patria, lo cuenta el propio protagonista: “Fue una experiencia rara. Un empresario me llevó al Logroño, donde estuve un mes y medio a prueba. Anduve muy bien y entonces me llevó al Castilla, la filial del Real Madrid. Tuve la suerte de entrenar tres meses con grandes jugadores como Butragueño, Valdano, Michel, Pardeza… Pero no sé si en ese momento estaba preparado para el gran nivel, ese salto, de una quinta de la C, a jugar en el futbol europeo. Por más que el Real decidió que me quedara hasta julio, en marzo de ese año tomé la decisión de volver a terminar mis estudios y seguir jugando en la Argentina; y me integré a las inferiores de San Lorenzo, porque los dueños de mi pase no me permitieron volver a Excursio. No mucha gente sabe que estuve en España”.
Un efímero retorno al país, lo llevó a la cuarta división azulgrana, la entidad argentina por la cual Patricio simpatiza. Pero luego de un préstamo a una institución de la localidad pampeana de Tres Algarrobos, volvió al Ciclón, de donde quedó en libertad de acción: “Fue un paso corto pero hermoso, con San Lorenzo logramos ser campeones de cuarta. Rápidamente subí a tercera, donde jugué dos partidos. Me dieron a Tres Algarrobos a préstamo. Tuve la ilusión de llegar a primera pero no se dio. De la clase 67 sólo el Chino Zandoná y Fernando Moner firmaron contrato, fue un año bastante difícil porque estuvimos casi cuatro meses sin jugar”, cuenta.
A los 20 años, entonces, se puso nuevamente la casaca de Excursionistas, ahora como parte del plantel superior. El técnico era Ricardo Della Vecchia y la temporada, la 1988/89. En este caso, el paso sería muy fugaz. El Pato estuvo presente en siete partidos y marcó un gol: se lo hizo a J. J. Urquiza en cancha de Comunicaciones. El Verde ganó 2 a 0. Aquel 10 de septiembre de 1988, en el cual coronó su conquista con un expresivo festejo de cara al alambrado donde estaba el público “villero”, quedó nítidamente registrado en su memoria. “Ese gol, fue un cierre de muchas cosas, de mi historia en el club. Muy pronto me tocó irme. No creo en las casualidades sino que volví para hacer ese gol, para tener un poquito de historia en Excursio y luego sí irme. Es un gran recuerdo ese gol”, señala.
Algunos días después del triunfo con J. J. Urquiza, ante Sarmiento en Junín (2-3), jugó su último partido en la Argentina. Tras hacer otra vez las valijas emigró a Israel y continuó con una trayectoria que sería muy prolongada. El Hapoel Daliat (de la ciudad de Carmel), el Macabi de la ciudad de Kfar Kana y el Macabi Haifa lo tuvieron entre sus filas. Aunque en total, fueron 16 los equipos en los que militó: “Me fui rápido cuando me llegó la oportunidad. Acá tenía un amigo, Fabián Grinberg, y la parte económica era muy importante. En ese momento Argentina estaba muy mal. La prima que me pagaron se la di a Antonio Gorsd y con ese dinero le pudo abonar dos o tres meses al plantel. Eso me puso muy contento. En Israel mi campaña fue muy linda, salí campeón de Primera con Macabi Haifa y en el ascenso, subí con ocho equipos. Conocí y jugué en un montón de ciudades. Nombro otros clubes en donde estuve: Benei Yehuda, Happoel Haifa… Tuve la oportunidad de ascender con un club árabe, Taibe, por primera vez. Y también hubo equipos más chicos, de Segunda y Tercera División”.
El Pato desea destacar la sorpresa que resultó reencontrarse con su antiguo compadre de las inferiores albiverdes: “El futbol me dio lindas experiencias y recuerdos. Una de ellas fue haber compartido el plantel del Kfar Kana con el Polaco Caimi, con el que aparte, vivimos juntos”.
Ya retirado, inició su labor como entrenador: “Desde 2013 dirijo. Hoy estoy en el Kfar Kana, de la Tercera División. Antes fui ayudante de Oscar García y Jordi Cruyff en el Macabi Tel Aviv. Después trabajé en el Macabi Haifa, también como ayudante, hasta que me largué solo”.
Muchas cosas cambiaron con respecto a los tiempos en que los Sayegh pisaron Pampa y Miñones por primera vez. Por ejemplo, Jacobo ya no está físicamente. La canchita donde patearon el papá y los cinco varones tampoco es descubierta como en ese momento, sino que fue techada unos años después; y además, se le dio el nombre de Jacobo Sayegh en homenaje al hombre que acercó a sus hijos al club del Bajo Belgrano. Javier, el hermano mayor, se involucró en la vida institucional y llegó a ser presidente hace unos años. Otro de los hermanos, Gonzalo, trabaja como utilero de la primera división. Desde Haifa, Patricio, que es padre de dos mujeres (Shai, 20 años, y Ron, 18) reflexiona emocionado acerca de este cuadro de situación: “Los recuerdos más hermosos que se pueden llegar a tener de mi niñez seguramente son de Excursionistas, donde hice el baby y las inferiores. Los recuerdos son todos en Excursionistas. De mi familia, de mis hermanos, de mi papá. De todas las cosas lindas que me pasaron. Amigos de toda la vida, que lo siguen siendo hasta el día de hoy, que pasaron a ser amigos de Javier más que míos, porque estoy bastante lejos. Por lo sucedido con la pandemia, hace mucho que no voy por allá. Me gustaría ir este año a ver a mi familia y al club. A Excursio lo voy a seguir siempre. Uno de mis hermanos está como utilero y creo que el hincha número uno del club es Javier, que fue su presidente. Esa fue quizás la emoción más grande que hemos vivido, cuando él fue presidente y ascendimos a la B (se quiebra). Verlo a él en ese cargo me llenó de orgullo. Se cerró un círculo siendo Javier presidente. Está también ahí la placa de mi papá en la cancha de baby. Cada vez que voy a Argentina la veo, es un pedazo del club. Pero con la lejanía algunas cosas van quedando atrás. Igual, lo que permanece es eso, la amistad y los lindos recuerdos”.
Foto: arriba, en su función de entrenador; abajo, varias imágenes de su carrera futbolística en Israel (gentileza Patricio Sayegh).
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