Gente de Cole

Nuestro querido Andy Rosen…

Andrés Rosen nació en Palpa entre Freire y Zapiola. Sus padres, judíos alemanes que escapaban de la persecución nazi, primero se establecieron en Paraguay. En la década del 40 anclaron definitivamente en Buenos Aires. En aquel PH de Colegiales, donde vivía con sus papás y Susana, su hermana mayor, transcurrió parte de su infancia. Vivió en el barrio hasta que se casó. Luego, con su esposa Raquel se mudaron a Belgrano.

Andy cultivó gustos que para el ojo del ciudadano común podrían parecer extraños. Prestaba mucha atención a los nombres de las calles de la ciudad, a los medios de transporte que la atravesaban… Era todavía un niño cuando comenzó a anotar datos y más datos en un cuaderno. Mantuvo ese peculiar interés durante décadas. Cierto día le hice llegar la inquietud de que sería bueno que sus experiencias se publicaran. Fue así como se animó a redactar algunas cosas. El encierro por la pandemia, posibilitó que pusiera manos a la obra y aquí, su primer artículo, vio la luz en ese particular 2020.

Pasaron aproximadamente tres años. Desde el paso inicial que dio en la etapa de aislamiento, Andrés escribió regularmente acerca de sus vivencias e investigaciones. Unos meses atrás, ya no pudo hacerlo. Una enfermedad le puso el freno a la actividad que realizaba  con entusiasmo. A principios de octubre, a los 71 años, falleció.

A modo de homenaje, publicamos la que fue su primera nota en este medio.

El inspector

¿Qué es lo primero que solemos preguntarle a un niño que recién conocemos? ¿De qué cuadro sos? ¿Qué vas a hacer cuándo seas grande? Mi respuesta a la segunda pregunta, a la edad aproximada de once años, fue: quiero ser inspector de una línea de transporte. Por eso, una de las actividades de mi tiempo libre, era la de dirigirme desde mi domicilio de Zapiola y Céspedes, en el barrio Colegiales, a la esquina de Zapiola y la avenida Federico Lacroze (a unas tres cuadras de mi domicilio) con un cuaderno y una birome, para registrar detalladamente el paso de las cuatro líneas de colectivos que circulaban por dicha arteria. Las líneas 30 –ya desaparecida-, la 163 –que a partir de 1969, se renombró como línea 63-, la 294 -después 94 y en la actualidad, también desaparecida- y 402 -actualmente 42-, eran objeto de un exhaustivo control de mi parte, el cual consistía, principalmente, en determinar frecuencia y cantidad de coches circulando en cada línea.

Otra observación que realizaba, era especifica de la línea 68 (luego 311 y desde 1970 hasta el presente 168), tradicionalmente conocida como “el rojo”. Lamentablemente, hace algunos años perdió su color tradicional para transformarse en blanco, con detalles en rojo y azul. Este control lo efectuaba desde una de las ventanas de mi casa, y era para determinar la marca de cada unidad (Bedford y Mercedes Benz en su inmensa mayoría) y la carrocería de cada una de las 104 unidades de la empresa. A tanto llegaba mi interés por el tema, que podía reconocer cuando se acercaba un coche de la línea, a qué carrocería pertenecía y qué número de interno sería. Todavía conservo entre mis papeles, aquella hoja de cuaderno.

Mi predilección por estas cuestiones, llegó a un punto tal, que nuestro primer viaje de vacaciones a Mar del Plata, en 1965, inmediatamente luego de haber arribado a La Feliz, me dirigí a la esquina de Avenida Luro y la costa, a los efectos de realizar la investigación de las líneas de transporte de la ciudad balnearia. Todos estos recuerdos volvieron a mi memoria al encontrar en una vereda de la Avenida Virrey Vértiz, en la zona de Barracas de Belgrano, una planilla de horario de la compañía 63.

Pablo Wildau

Foto: un colectivo de la Línea 63, en su travesía por Federico Lacroze.

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