Columnas

La ley humana y la ley divina

Por Enrique Biasotti (*)

La ley es algo imprescindible para vivir en sociedad. Ya los romanos decían hace más de 2000 años “donde hay sociedad hay derecho”. La convivencia, para su normalidad, desarrollo pacífico y bueno, necesita reglas. En cualquier convivencia, ya sea dos personas hasta millones, necesitan saber a qué atenerse en las relaciones entre los sujetos.
Las leyes o normas de cualquier tipo, deben tener un propósito: el bien de las personas; que sean justas las relaciones. Pero lamentablemente esto no es siempre así, no buscándose el bien común, sino por el contrario se dictan normas con otros objetivos, ya sea para beneficio personal, grupal o de algún interés ideológico, político u otro.
Así también se da en los conflictos legales individuales, donde cada parte pide justicia, cuando en realidad lo que se pide es “ganar”, que le den la razón, su razón.
¿Por qué es así? Porque el ser humano puede padecer de ausencia de amor en lo que hace, privilegiándose el egoísmo, el yo, por encima del bien.
Legislar no es fácil. Pero lo importante es qué se busca con la ley o norma. ¿El bien común u otro objetivo?
Dios también nos ha dejado leyes o preceptos, y tenemos como ejemplo más conocido los Mandamientos. Y como Dios es amor, sus normas son siempre para el bien del ser humano. Dios nos dice lo que está bien y lo que no. Para nuestro bien.
Cuando nos desviamos del cumplimiento de las leyes humanas, hay consecuencias negativas para el incumplidor.
Dios tiene un remedio para el incumplimiento de sus leyes, o sea cuando pecamos, y ese remedio es Nuestro Señor Jesucristo. La Biblia nos dice en el libro de Hechos 13:38 “…quiero que sepan que les estamos anunciando el perdón de sus pecados por medio de Jesús”. Sí, Dios nos perdona nuestros desvíos de la ley de Dios, cuando nos arrepentimos y pedimos su perdón, porque Él amó de tal manera al mundo que dio a su hijo para morir por nosotros y darnos vida eterna.
Dios es amor y su ley también. Fuimos creados para hacer el bien. Dios invita a que busquemos siempre el amor de Dios en Cristo.

(*) El doctor Enrique Biasotti, vecino de Colegiales desde hace varias décadas, es miembro de la Congregación Unida El Buen Pastor, de Federico Lacroze y Zapiola. Te invitamos a acercarte los domingos de 10.30 a 12 hs.

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