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La explosión de la Ecobici también llegó al barrio

En un artículo publicado el mes pasado, se mencionaba una particularidad: una única estación bicicletas había en Colegiales y alrededores, hasta comienzos de este año. Era la de Zapiola y Dorrego. Y como un hecho para ser comentado, se destacaba la añadidura de tres nuevos puestos, en Federico Lacroze y Córdoba (Plazoleta Celedonio Flores), Delgado y Virrey Loreto (Plaza Garicoits), y Crámer y Virrey Avilés (Plaza Portugal).

Sin embargo, si alguien pensaba que la instalación de nuevas estaciones se detendría allí, se equivocó de cabo a rabo, ya que en el transcurso de muy pocos días, se colocaron una, dos, tres, cuatro, cinco, ¡seis estaciones más!

Repasemos:

-Gregoria Pérez entre Conde y Enrique Martínez.

-Giribone entre Zabala y Virrey Loreto.

-Conde y Concepción Arenal.

-Zabala y Crámer.

-Plaza Juan José Paso (Vidal y Virrey Olaguer)

-Benjamín Matienzo entre Zapiola y Freire.

En la foto principal, Conde y Concepción Arenal. En esta imagen, Matienzo entre Zapiola y Freire.

El lugar en el cual se asentaron las estructuras para anclar los bicicletas naranjas varía. Algunas están junto a espacios verdes (o no tan «verdes») como la de Lacroze y Córdoba, Plaza Juan José Paso, Plaza Portugal o Plaza Garicoits. Otras, junto al cordón de la vereda, lo que lógicamente, es motivo de malhumor de los conductores, que pierden espacio para estacionar sus vehículos (las de Gregoria Pérez, Giribone y Conde, cumplen con estos preceptos). Por último, la de Benjamín Matienzo se encuentra sobre la vereda, en una cuadra donde no hay viviendas sino que ésta limita con el campo de deportes de la Universidad Católica.

La explosión de las Ecobicis, desde luego, no se limitó a Colegiales sino que en toda la Capital Federal, se incrementó considerablemente su uso, a partir de la llegada de la empresa brasileña Tembici, concesionaria que proyecta elevar las cantidades hasta 400 estaciones y 4000 bicicletas (hoy por hoy, está muy cerca de llegar a esas cifras). El servicio sigue siendo gratuito, debido a que cuenta con dos visibles sponsors: la tarjeta de crédito Mastercard y el Banco Itaú. Todo esto propició que una gran proporción de usuarios, en el transcurso de los últimos meses, se inclinara por  subirse a los rodados anaranjados y así evitar el trasporte público o el vehículo propio.

Gregoria Pérez entre Conde y Enrique Martínez.

Sin embargo, el costado negativo de este furor por su uso, tampoco tardó demasiado en hacerse presente, dado que las dificultades generadas en estos primeros tiempos no han pasado inadvertidas. Puntualmente, las críticas que los ciclistas denunciaron, apuntaron a la falta de rodados en las estaciones o el mal funcionamiento de la aplicación, ya que las bicicletas deberían poder «desegancharse» tocando una combinación de teclas del teléfono celular, y esta tecnológica implementación no siempre está arrojando los resultados esperados.

La explicación que ofrecieron los voceros de la empresa, se vincula al período de transición que atraviesa el sistema, que en poco tiempo aumentó fuertemente sus cantidades del año pasado. Desde Tembici manifestaron que a medida que pasen los días, el funcionamiento se irá normalizando.

Entretanto, en el barrio también se experimentan estas novedades. Ahora, se ha pasado a la situación de que quizás en no más de tres o cuatro de diferencia, hay una estructura de bicicletas cuando antes había sólo una en un amplísimo radio. ¿Serán las últimas?

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