La foto muestra a empleados municipales refaccionando en esta plaza de Concepción Arenal y Conesa. Trabajos similares a este –mejoras del enrejado perimetral- se han hecho últimamente también en Plaza Garicoits, otro de los espacios verdes de Colegiales.
En relación a la noticia, la mencionada labor de mantenimiento nos sirve de pretexto para referirnos a este lugar “perdido” del barrio. A tal punto, que ni siquiera nombre tiene. Pero de ningún modo se trata de menospreciarlo. Sí de destacar sus particularidades: la pequeña plaza tiene forma de triángulo, un triángulo que reemplaza a la edificación que le falta a la manzana. Quienes que la conocen, comprobaron que los juegos infantiles dan directamente a la pared trasera de las viviendas. ¿Por qué esta rara disposición de la manzana, con un “pedazo” menos? Muchos años atrás, de las vías del Mitre salía un ramal de carga que se dirigía al viejo Mercado de Dorrego, llevando frutas y verduras.
El ramal pasaba por lo que hoy es la plaza triangular. Si se fija la mirada en el pavimento, aún están las antiguas vías. A partir de los años 50, ese tren dejó de pasar, casi simultáneamente al avance de la villa de Colegiales, cuyos habitantes fueron ocupando los terrenos. En el 78 la villa fue erradicada pero el ramal nunca más se usó. Y pocos años más tarde, también el Mercado fue desactivado.
En realidad el sector desafectado de servicio ferroviario fue el perteneciente al ramal SM1 —que unía Colegiales con Chacarita— y la playa de cargas a la que el mercado Dorrego pertenecía; sin embargo, hasta el año 1984 se mantuvo en funciones, aunque esporádicamente, el tramo hasta los silos Minetti. Luego las vías permanecieron tendidas aunque ya sin uso.
Recuerdo que con mi viejo íbamos a comprar seguido al Mercado Comunitario (lo que hoy es la feria de diseño) y como vivíamos por Ciudad de la Paz y Zabala, solíamos bajar por Amenábar y cruzar el viejo paso peatonal de Jorge Newbery, o bien cruzar las barreras en Lacroze y bajar por Crámer. En cualquier caso pasábamos por esta esquina, y de ella me queda el recuerdo de ver esos rieles tendidos allí y de escuchar de mi viejo la historia (por entonces reciente) del movimiento ferroviario en el lugar.