Gente de Cole

Don Javier, el carnicero y verdulero de Zapiola al 1500

Es uno de los comercios más antiguos del barrio. Ubicado en Zapiola entre Elcano y Avilés , la verdulería-carnicería «está hace como 50 años», indica su propietario. Javier Piñeiro es quien atiende el local junto a su esposa. En la parte trasera, tienen su vivienda desde los tiempos en que recién casados, se establecieron en Colegiales para ampliar un rubro donde en un principio sólo existía la carnicería del suegro de Javier. «Y antes que él había otro dueño -aclara-. Yo vine en 1980 y puse verdulería. Así empezamos a trabajar junto con mi suegro», agrega. Luego dirá que al fallecer el padre de su mujer, se hizo cargo del mercadito.
-¿Recuerda el primer día de trabajo?
-Sí, fue normal.
-¿A qué se dedicaba anteriormente?
-Trabajé como empleado metalúrgico, también en un bar, una pizzería.
-¿En este barrio?
-No, en Libertador y Congreso; en Acuña de Figueroa y Corrientes…
-Son más de 35 años en esto. ¿Cómo se hace?
-Buena atención, buena mercadería, buenos precios… Eso es lo primoridal.

Javier no está acostumbrado a los reportajes, pero a medida que éste avanza, se va soltando. Unos minutos atrás, aunque un tanto sorprendido, no había dudado a la hora de aceptar la entrevista. Una vez que arranca la nota, una comprensible vacilación se repite ante cada pregunta. En las respuestas, la esasez de palabras es el común denominador.
-¿Cómo le resultó el cambio de rubro?
-Bien, al principio fue brusco, pero fui haciéndome con los años. Me fui acostumbrando.
-¿Es importante tener la vivienda junto al local?
-Sí, no tenés que pagar alquiler, no hay que viajar…
-¿Cómo nota al barrio en relación a cuando usted llegó?
-Cambió bastante, vino gente nueva, otros se fueron. Otros se fueron al más allá…
-¿Y en el aspecto edilicio?
-A  largo de los últimos 15 o 20 años fue mejorando. Las casas muy viejas fueron reemplazadas por otras más modernas.
-¿Cómo está el trabajo?
-Bajó un poco pero se puede de trabajar bien, no hay problemas.  Algún cliente  se perdió pero estamos bien, vamos puchereando.
-A media cuadra está Coto. ¿Eso le quita ventas?
-Influye bastante Coto, pero la gente de a poco es como que se está yendo de los supermercados y vuelve a los comercios chicos.
-¿Cuánto aumentaron las cosas desde el cambio de gobierno?
-La carne un 30 por ciento, tal vez un poco más. Las frutas y verduras son muy variables. Dependen de la estación. Todo lo que es yuyos, como tomate, zapallito o berenjena, es lo que más aumentó porque viene del norte. Y si sube la nafta, también eso… Como vienen en camión…
-¿Le gente se queja?
-Y… sí. Pero si quiere comer no le queda otra que pagar. Así y todo, la carne sigue siendo barata. Hoy, un kilo de milanesa es más accesible que una pizza.

2016-05-19 20.16.03

La esposa de Javier aparece en el local.Viene desde el fondo, de la parte de la vivienda. Le proponemos hacer unas fotos pero, amablemente, desiste de la invitación. Su marido, en cambio, aunque algo tímidamente, posa sin necesidad de insistirle para la foto que ilustra esta nota.
-¿Cómo se compone la familia?
-Tenemos dos hijos, profesionales. Javier, de 37 años, es licenciado en comunicación. Da  clases en la UBA. Marisol tiene 32, es maestra jardinera.
-¿Nunca se les dio por trabajar con ustedes?
-No, la verdad que no.
-¿Este mercadito no tiene nombre?
-Se llama La Gran Vía. Así le puso mi suegra porque le gustaba mucho Madrid.
-Pero no hay ningún letrero que lo indica.
-Hasta hace unos años teníamos un cartel pero un día abrí y vi que se lo habían robado.
-¿Hizo la denuncia?
-No… ¿Para qué?
-Tampoco repuso el cartel.
-No. Se pensaron que era una obra de arte y era un pedazo de ojalata.

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