No hay nada más lindo que la familia unida. La antigua frase, podría caberle a la medida a esta señera entidad del barrio: el Club Deportivo y Social Colegiales. El mismo que el 25 de mayo celebró sus primeros 92 años.
No importa que los tiempos no sean los más florecientes para el club, que al igual que tantas entidades barriales lucha cuerpo a cuerpo contra adversarios que ya no son aquellos rivales deportivos que sus deportistas enfrentan en el básquet, el billar o las artes marciales. Colegiales está soportando los duros embates que aparecen en forma de aumentos de tarifas de luz, gas, agua…y de atribulados bolsillos de una masa societaria, que puertas afuera, es la misma que se entremezcla con un pueblo preocupado y experimenta las mismas vivencias de cada habitante de la Argentina.
Pero allí estaban, pese a todo, festejando un aniversario más. Reunidos en el buffet, al mediodía del jueves feriado, saboreando el locro y disfrutando de pastelitos y empanadas soufflé preparados por los nuevos concesionarios del buffet. Allí estaban todos. En mesas separadas, habitadas por las respectivas familias y amigos, pero unidos por ese sentido de pertenencia que los convierte en una única gran familia.
En el salón de al lado, estaban los que respiran billar. Un mundo aparte, aunque comunicado con el resto del club, a través del mismo sentido de pertenencia que une a todos por igual. En la sala de billar se jugaba muy seriamente, con indumentaria formal y todo, en la competencia a la cual se denominó «Torneo Aniversario». La especialidad: cinco quillas con handicap. Un certamen de dos días de duración, con broche final programado para la jornada siguiente.
«Son tiempos difíciles, es muy complicado afrontar este nivel de gastos, pero el club está entero». El tesorero Osmar Sarmiento definía, palabras más, palabras menos, el momento de la institución de la calle Teodoro García. De los dichos del tesorero se desprende que los 300 socios que practican básquet -una cifra muy importante y que a pesar de todo, no mermó tanto en relación a tiempos más benévolos- permiten mantener una estructura institucional y deportiva muy digna para una entidad de barrio. Colegiales de hecho, continúa en los primeros planos de Febamba, asociación que nuclea al básquet metropolitano.
De vuelta al buffet. Banderines blancos, negros y anaranjados -los colores del Deportivo- colgaban por sobre los comensales. También, aunque de manera menos rimbombante, se divisaba una cinta argentina La fiesta patria y el cumpleaños del club, como cada año, se fusionaron. Desde luego, también será así la próxima vez. Ya sea mediante una celebración de proporciones importantes, o a través de un festejo modesto, lo más probable es que en esta histórica sede siempre haya hinchas predispuestos a reunirse y expresar con alegría: ¡Feliz cumpleaños, Colegiales!
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