No tiene nombre concreto y muchos vecinos ni siquiera conocen su denominación «extraoficial». Pero quienes están más empapados de la actualidad y la historia de Colegiales, tal vez sepan que este angosto sector ubicado en Santos Dumont entre Alvarez Thomas y Enrique Martínez, recibe el nombre de plazoleta Quinta Bollini.
Al margen de su nombre, lo transcendente es que forma parte del grupo de espacios recreativos que tiene el barrio. Cierto es que comparado a su vecina Plaza Mafalda o a la más lejana San Miguel de Garicoits (que también se halla sobre Alvarez Thomas), la Bollini es apenas un mínimo reducto. Un par de «trepadores» y una estructura para hamacas -pese a que nunca fueron colocadas- son los únicos juegos infantiles. El lugar está enrejado y es uno de los escasos de la zona que todavía cuenta con arena, ya que la intención del gobierno porteño, indica que junto con la refacción de parques, una goma adherente es la reemplazante del amarillo que tradicionalmente ha sido «amo y señor» de las plazas.
El origen de su nombre, tiene que ver con que esa esquina, fue uno de los extremos de una inmensa quinta perteneciente a uno de los primeros pobladores de la región: Francisco Bollini. El arquitecto Jorge Boullosa, uno de los grandes historiadores con que contó Colegiales, propuso formalmente que a modo de homenaje, este espacio que era un baldío y fue recuperado y parquizado a principios de la década pasada con la presencia del entonces Jefe de Gobierno Aníbal Ibarra en su acto inaugural, se llamara Quinta Bollini. Sin embargo, nunca se llevó a cabo su nombramiento oficial.
En Santos Dumont y Martínez, la plazoleta limita con un edificio que también fue construido en la década pasada, y en cuyos terrenos hubo un recordado complejo de alquiler de canchas de Fútbol 5.
En la actualidad, del otro lado de las rejas, una larga acerca, con bancos y una línea de césped en el centro, llega a Álvarez Thomas. Hasta hace poco, toda la cuadra (incluido el sector infantil) estaba grafitteada. Pero el largo muro que la protege, ha sido impecablemente pintado de color mostaza. ¡Ojalá que dure!
Foto documento: hasta hace no tanto tiempo, el muro que separa este espacio de las viviendas, estaba completamente graffiteado.
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