El escaso movimiento es el común denominador de los clubes de barrio en verano. Pero a pesar de que la mayor parte de la masa societaria se encuentra de vacaciones, la dirigencia ajusta detalles para lo que será el 2017. El tesorero Osmar Sarmiento asegura que «esta es una fecha donde si bien hay poca gente, se trabaja bastante, actualizando diferentes áreas. Entre otras cosas, nosotros estamos abocados a las refacciones, en la fachada y a nivel general».
Cuando logra tomarse un descanso, Sarmiento, que más allá de su actual cargo, fue jugador, técnico y presidente de Colegiales, se entrega al reportaje: «En el 2016 se luchó mucho. Tuvimos que cuidar el dinero, conseguir ingresos. Al igual que para toda la población, es un momento duro. Espero que con el correr de los años se vaya estabilizando esta Argentina que tanto queremos. Estas instituciones necesitan que el país ande bien porque son el pulmón de los barrios, a nivel cultural y deportivo».
-¿Qué diferencia le encontrás a tu cargo actual con relación al anterior?
-Son cosas diferentes. Un presidente debe ir saltando de tema en tema y afrontarlos a todos. La parte de tesorería es la que más me gusta. De hecho, trabajé 37 años en el Banco Provincia. En esta área tenemos que cuidar el mango y es una responsabilidad grandiosa. El señor Carlos Funes, el presidente, delega en mí el manejo de esas cuestiones.
-¿Es más estresante ser tesorero que presidente?
-No diría eso. Aunque sí hay que estar con los ojos bien abiertos, siempre alerta y atentos a los egresos diarios. Actualizar todas las presentaciones en los diferentes organismos, como IGJ o APIF, para que esté toda la documentación en regla y no abonar ningún recargo ni interés. Si eso ocurre, al club le duele muchísimo.
-¿Cuánto empezaste a jugar en el Colegiales?
-A los seis años. Hice acá toda mi carrera de básquet. También he jugado profesionalmente en la Liga Nacional para Vélez Sársfield. He tenido buenas y malas. A los 32 años, tuve un problema de salud, difícil de sobrellevar para mí y mi familia. Un problema de adicciones. Es un tema muy delicado y puede caberle a cualquier persona. Lo que más puedo destacar es que logré salir y que este club me ayudó a salir de esos momentos dificiles. Fue uno de los lugares de donde más ayuda recibí cuando busqué salir de mi adicción.
-¿Ya habías dejado de jugar?
-Sí. Caí en la depresión, tenía la cabeza en cualquier lado y seguí un camino equivocado. Pero tengo que destacar que a pesar de ese mal paso que di, mi señora y mis hijos siempre estuvieron a mi lado. Ella fue la que me guió en mi recuperación, sumado al cariño de mis amigos de toda la vida y mi propio esfuerzo.
-¿Quiénes te dieron una mano en el club?
-Varios… Gente que sabía que yo andaba mal y siempre se acercaba a mi familia a consultar. Recuerdo a Carlos Funes, a Carlos Coclita y más personas. Sería muy largo de enumerar, pero yo siempre los tengo presentes.
-¿Luego te involucraste en la dirección técnica y la dirigencia?
-Cuando pude superar eso y salir a la calle solo, después de mi internación, Coclita me dijo: «Mirá Osmar, vos que siempre estuviste relacionado al básquet, tenés que ser el entrenador de la primera». Comencé a venir tres veces por semana. No cobraba nada. Y así se fue armando la primera división. Esto sucedió hace unos 17 años. De a poco la actividad creció. Hoy tenemos 300 chicos en el básquet y una primera muy competitiva.
-Pero no dirigiste más. ¿Qué sucedió?
-Al que jugó al básquet de una forma tan apasionada, estar del lado de afuera de la cancha se le complica. Por lo menos en mi caso se dio así. A mí me costaba transmitir lo que había aprendido. Prefiero disfrutar de un deporte, practicándolo.
-¿Elegiste otra actividad?
-Sí, hace 14 años me volqué al tenis. Empecé a entrenar, entrenar y entrenar. Actualmente es mi otra gran pasión. Yo nací con el deporte y creo que seguiré con el deporte hasta lo último.
-Y lo de presidente, ¿cómo surgió?
-Yo era vicepresedente y me sentía útil en esa función. Tras el fallecimiento del presidente de esa época, el señor Jorge Gómez, mis compañeros de Comisión me eligieron como su reemplazante. Pienso que le hice honor a ese cargo, luchando día a día para que el club siga adelante. Realicé una de las cosas más hermosas que hay: acercar la juventud al deporte y que los jóvenes crezcan con valores, algo tan importante en la vida.
-¿Te queda algo por agregar?
-Simplemente, un saludo para ustedes, que siempre están tan cerca nuestro. En cuanto al barrio, los deseos de un mejor 2017 y que sigamos involucrados en las actividades barriales, que es lo que fomenta la identidad y el respeto mutuo de las personas.
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