Gente de Cole

Hola Coco, qué lindo volver a verte…

Hace poco más de un año, nos concedió muy gustosamente una nota en la puerta de su casa de Conde y Benjamín Matienzo. Su condición de «personaje del barrio» ameritaba un reportaje donde contara al menos una pequeñísima parte de lo que ha sido su vida en Colegiales.
En los primeros días de este año volvimos a encontrarnos con él, ahora de casualidad, en Federico Lacroze y Conde. Como en tantas ocasiones, el sitio de descanso que escogió para resguadarse del intenso calor porteño, era una de las mesas de la vereda de San Antonio, pizzería que en su exterior goza de los beneficios de una brisa reparadora en horarios vespertinos.
Su inconfundible triciclo estaba estacionado a unos metros, generosamente tuneado con fotos retro, frases célebres y colorido llamativo. Américo Pujol (esa es la identidad que muy pocos conocen) reconoció al periodista de Colegiales Info casi de inmediato. Con sus 87 años, lúcidez impecable y excelente humor, recordó aquel encuentro, se largó a hablar con ganas y hasta solicitó que consumiéramos algo en su compañía, invitación que, por falta de tiempo, debimos desechar.


«¿Sacaste la foto?», preguntó, refiriéndose al particular vehículo en el que recorre las calles de Colegiales y barrios vecinos. Tras la respuesta afirmativa le hicimos llegar una inquietud: «¿Le pusiste alguna foto nueva?» Contestó que no, pero que tenía ganas de agregarle la de Justo Suárez, «el Torito de Mataderos», aquel legendario boxeador argentino que brilló en los años ‘20.
Otra pregunta obligada en esta época del año, estuvo relacionada a las vacaciones: «Nooo, yo no me voy a ninguna parte. Me quedo acá… ¿Adónde voy a ir?», replicó, dando a entender que Colegiales es su lugar en el mundo y no está dispuesto a dejarlo ni siquiera en tiempos en que mucha gente del barrio se aleja hacia los lugares de veraneo. Con una frase, Coco confirmó esa sensación: «Mirá esto, está vacío…», dijo, apuntando la mirada hacia una Lacroze semidesierta.
Unos minutos más tarde nos despedimos, no sin que antes quisiera saber si la foto sería publicada en algún lado. Cuando le explicamos dónde, se quedó contento, agradecido y un tanto sorprendido, al igual que aquella vez en la puerta de su casa, como si no alcanzara a ser conciente de la condición de colegialense famoso que desde este medio le hemos adjudicado.

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