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Adolfo Fútbol Club: un homenaje a Pedernera

A fines de 2018, el 15 de noviembre puntualmente, se cumplieron cien años del natalicio de esta emblemática figura del fútbol argentino. Excepcional jugador de descollantes actuaciones en River Plate y la Selección Argentina, también utilizó las casacas de Atlanta y el Millonarios de Colombia. Como técnico se desempeñó en diversos clubes, por ejemplo, Boca Júniors.

La razón por la cual la carrera de Adolfo Pedernera ocupa las páginas más destacadas del deporte argentino está a la vista, si bien la relación que esto guarda con Colegiales, hasta el momento, continúa oculta. Sin embargo, cuando se diga que en este barrio, a mediados del siglo pasado, hubo un club llamado, precisamente, Adolfo Fútbol Club, todo quedará mucho más claro. Sus fundadores, escogieron ese nombre como un homenaje en vida al delantero que brillara  en la famosa Máquina riverplatense provista del extraordinario ataque que integraban Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau.

Fundado en 1948, su sede se erigió en una vivienda de Jorge Newbery 3044/3060, tal como lo informara el arquitecto Jorge Boullosa en su libro El Bajo de Colegiales y sus alrededores. En las páginas de esta obra también se ofrecen detalles de dónde se hallaba su campo de juego: «La cancha de Zapiola y Matienzo pertenecía al Adolfo Fútbol Club y nadie le discutía su pertenencia», escribió el autor.

Los terrenos, hoy son propiedad de la UCA y pese a que casualmente también allí hay una cancha de césped con arcos, desde luego, muy lejos han quedado los tiempos en que esa parte del barrio estaba ocupada por una villa de emergencia. El Club Adolfo, que había surgido con anterioridad a su instalación masiva, no logró sobrevivir al avance de las casillas y al igual que otros clubes vecinos, terminó por perder su cancha. Otras «instituciones» de la zona eran: Antártida Argentina, Martínez (en referencia a la calle) y Sarmiento. A ciencia cierta, se trataba de grupos de entusiastas muchachos, ávidos de jugar al fútbol, con un delegado y un juego de camisetas. Sus partidos, eran ante rivales barriales e interbarriales. En Colegiales, cada uno era dueño informal de su campo de juego -levantados precariamente en esas tierras del ferrocarril- y se ocupaba de mantenerlo.

En relación a Adolfo, en el libro se explica: «Antes de adoptar el nombre, los representantes de Club mantuvieron una entrevista con el jugador para notificarle su decisión, que fue aceptada de buen grado por el homenajeado por considerarla un honroso reconocimiento».

En el momento de la fundación, Pedernera ya había cumplido su fulgurante actuación en River, y tras breves pasos por Atlanta y Huracán, estaba a punto de continuar su carrera en Colombia.

Hasta 1958 Adolfo pudo utilizar su cancha. Pero el crecimiento de la villa resultó clave en su desaparición. De todos aquellos clubes, sólo consiguió sobrevivir Fénix (además fue el único que llegó a la AFA), que recién perdió su estadio veinte años más tarde, en 1978, cuando el gobierno militar erradicó de Colegiales la villa entera.

Fotos: muy cerca del campo deportivo de la UCA (arriba), se hallaba la cancha de Adolfo. Abajo, el ilustre Pedernera con la camiseta de River Plate.

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