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«No está bien que se aprovechen de los mayores»

Claudia Goldstein, vecina de Colegiales y lectora de nuestro medio, había entablado comunicación por la vía escrita con nuestra redacción. A la par de expresar su satisfacción por haber conseguido un ejemplar de La Voz de Colegiales en un comercio del barrio, también dio a conocer su preocupación por un asunto que tuvo lugar en inmediaciones de Federico Lacroze entre Amenábar y las vías del Ferrocarril Mitre. Su mensaje fue publicado mediante estas líneas en nuestro sitio web: “Eran las 16 horas y tuve bastante miedo. Fue después de que cierra el Banco Nación, a las 15… Es muy cerquita de la Calesita, donde están casi todos los negocios cerrados. No sé si es útil está información, yo se los digo porque no lo pasé bien ese momento. Está difícil esa zona, en temas de seguridad. Quería contarles, que tuve la intención de pasar el viaducto para hacer algunas compras para ese lado (hacia Crámer), pero tuve miedo y regresé a mí domicilio. No sé por qué está pasando esto. Tengo más de 60 años y vivo aquí desde la década del 60. Nunca me sentí tan insegura caminando por el barrio. No sé qué es lo que está pasando. Lo lamento mucho”.

Una vez que el artículo fue compartido en nuestras redes sociales, numerosos lectores realizaron comentarios sobre la apreciación vertida por Claudia. Como era de esperar, surgieron opiniones de diversa índole. En la cuestión seguridad, específicamente, hubo gente que manifestó que la zona es insegura mientras otros, enfatizaron no haber tenido problemas al respecto.

Pero más allá de esta polémica tan común desde que se construyó el viaducto, también hubo críticas porque en el comentario que publicamos, si bien dejó muy en claro que sintió temor, Claudia no hizo referencia a ningún hecho en especial. Por lo tanto, la vecina volvió a comunicarse, esta vez, alternando su aclaración entre las redes sociales y, en forma privada, con nuestra redacción. Así, Claudia contó:

“De regreso a mi domicilio, llegué hasta la Calesita y me vi rodeada de un grupo de jóvenes pidiendo dinero de un modo poco amable. Me venían siguiendo desde Ciudad de la Paz. Son dos cuadras. Regresando, encontré un policía, le comenté y se dirigió de inmediato al lugar. Lamento que para algunas personas esto no signifique nada, porque les di dinero e igual siguieron pidiendo y me rodearon hasta el lugar mencionado. No es la primera vez que suceden este tipo de situaciones, pero si no es un robo a mano armada con muertos, ‘no pasó nada’. Pienso que debe haber prevención. Por eso fui a muchas reuniones los primeros jueves de cada mes, a la comisaría de Cabildo al 200. Reitero, ‘que les di dinero’ y de modo ‘no’ amable, durante dos cuadras me siguieron y rodearon ‘pidiendo más dinero’. Obviamente, no me metí en el viaducto, precisamente, para evitarlos, y me retiré a mi domicilio. De regreso encontré a un policía, a quien le relaté lo que aconteció. Me dijo que tenga cuidado y se dirigió inmediatamente hacía el lugar. Los muchachos se fueron, caminando muy rápido, casi evitando correr para no llamar la atención”.

La señora agregó que tanto en el momento del hecho como al día siguiente, puso al tanto de la situación a los agentes del orden. “… Los vecinos deberían ser más solidarios. Que admitan, hablen, avisen, porque la policía lo sabe y solicitan que los vecinos sean solidarios”, reflexionó. Agradeció el espacio y concluyó: “No tengo problema con identificarme y que me hagan preguntas o comentarios, porque ya hablé esto con la policía. Soy una persona adulta mayor, no está bien que se aprovechen de los mayores”.

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