Rusos, ucranianos y más inmigrantes, en la Feria Aurora de Colegiales

Hace más de dos años, Rusia y Ucrania están en guerra. Sin embargo, lejos de esos países, parece no existir conflicto alguno. En Buenos Aires, hay estudiantes de esas nacionalidades que comparten escuelas y hasta se da el caso de que chicos y grandes conviven en encuentros en nuestro barrio. ¿Dónde? En el Centro Comunitario Colegiales, allí donde entre otras cosas, funciona un señero local de reunión para jubilados. El mismo debió mudarse por unos meses, mientras construían el Parque Ferroviario. Hace aproximadamente un año regresó a su ubicación original: Federico Lacroze y Moldes.

Este espacio se ha vuelto anfitrión, además, de la Feria Aurora, un evento que reúne, por ejemplo, a rusos, ucranianos y bielorrusos. Los inmigrantes de Europa del Este abundan, pero no sólo ellos la conforman: hay gente de más rincones del mundo; coreanos, por ejemplo…

Al tanto de la situación, La Nación llegó hasta Colegiales y entrevistó a los integrantes de la Feria Aurora. En un artículo de lanacion.com.ar se reflejan sus comentarios: “Todo este tiempo estuve viajando. Vine a la Argentina con el propósito de seguir camino, pero me gustó tanto que decidí quedarme. Lo que más me gusta es la actitud de la gente hacia los visitantes. No importa de qué nacionalidad seas, te perciben ante todo como una persona”, contó María, que tiene un stand de productos artesanales de belleza.

Por su parte, Lana, quien se dedica a la joyería, relató: “La Argentina encajaba perfectamente, sobre todo por la cultura y el clima. Yo nací en una ciudad del norte de Rusia, así que estaba feliz de celebrar mi cumpleaños en verano por primera vez en mi vida. Cuando sos inmigrante te enfrentás a dificultades en las que ni siquiera estás acostumbrado a pensar. El primer año de inmigración fue muy difícil para mí porque solo estaba tratando de descubrir cómo funciona realmente la vida aquí. Luego descubrí un nuevo hobby y la feria, donde podía compartir mis trabajos con otros”.

Lana también comentó que el evento contribuye a la sociabilización de los niños: en la feria hay un sector donde se puede pintar, hacer manualidades, etc.

La gastronomía juega un papel muy importante en Aurora. El testimonio de Albert, que procedente de Rusia y tiene un puesto de café, lo confirma: “Lo desarrollamos y aportamos nuestras propias recetas veganas a este concepto. Nos quedan varias cafeterías en Rusia, de donde venimos. Y definitivamente abriremos una cafetería Pesky aquí en Buenos Aires. Elegimos vivir en esta ciudad porque apreciamos la hermosa arquitectura y la gente amable y abierta”.

La feria funciona el último domingo de cada mes. “Hay puestos de artesanías, comidas típicas, productos de belleza y ropa, pero además servicios como peluquería, espacios de reunión, cartelera con ofrecimientos en cirílico (alfabeto que se utiliza en ruso y otras lenguas eslavas), lugar con actividades para niños y hasta una banda tocando y cantando en ruso en un pequeño escenario, con gente alrededor del fuego. Aunque se pueden ver algunos argentinos curiosos, uno no puede evitar sentirse como un espectador en un cumpleaños ajeno”, describió Laura Marajofsky, la autora del artículo.

Foto: una banda musical que toca y canta en ruso, en el Centro Comunitario Colegiales (La Nación).

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