Deportes

Un libro sobre la historia de Excursionistas

Comuna 13.

En noviembre de este año, Excursionistas celebrará el aniversario número 100 de su ascenso a la máxima divisional del fútbol argentino. En efecto, en 1924 el Verde del Bajo Belgrano salió campeón de la categoría Intermedia tras vencer en una final a Talleres de Remedios de Escalada. A partir de aquella significativa conquista, Excursio militaría en Primera durante aproximadamente una década. El primer tramo de aquel camino por la elite del fútbol local lo hizo cuando existía exclusivamente el amateurismo. En 1931 el fútbol se dividió en una liga amateur y otra rentada. El Verde continuó siendo amateur y jugando en Primera mientras Boca, River, etc, fundaban el profesionalismo.

Con ese acontecimiento de 1924 como disparador y el objetivo de reseñar aquella época de esplendor, pero también de dar a conocer mediante una obra literaria el nacimiento y los primeros años de la institución, pronto saldrá a la luz un libro que refleje el paso del Club Atlético Excursionistas a través del período 1910-1930.

Los autores de la iniciativa, Adrián Bollici y Federico Topet, permitieron que algunos párrafos de la obra, a modo de adelanto, fueran publicados por este medio. En esta primera entrega, compartimos las siguientes líneas:

1910. LA FUNDACIÓN

En la ciudad de Buenos Aires comenzaban a prepararse los festejos del centenario de la Revolución de Mayo. Tanta efervescencia patriótica ya se podía palpar. Junto a este sentimiento, el inicio del nuevo siglo trajo una explosión de nuevos clubes. En cada barrio nacía uno y Palermo por supuesto, no era la excepción.

Esta región representaba para la ciudad una gran mezcla de barrio y arrabal, de malevos y poetas, de inmigrantes y criollos. El límite norte de Palermo lo marcaba el arroyo Maldonado, que todavía corría a cielo abierto. Veinte años más tarde sería entubado, con su  recorrido subterráneo por la Avenida Juan B. Justo. Pasando el arroyo, empezaba el barrio de Belgrano.

En Palermo todavía funcionaba el restaurante «Lo de Hansen», sobre la actual Avenida Sarmiento. Para algunos ese lugar fue la cuna del tango. El poeta Evaristo Carriego tenía su casa en Honduras 3784, y un joven de tan solo 11 años, Jorge Luis Borges, caminaba sus calles y nutría su infancia con recuerdos que marcarían gran parte de su obra literaria. Borges vivía en Guatemala y Serrano. Años después publicaría su Fundación Mítica de Buenos Aires, poema donde rescata su barrio con unos versos memorables: “A mí se me hace cuento que empezó Buenos Aires: La juzgo tan eterna como el agua y el aire”.

También en esta zona se encontraba la Sociedad Sportiva, en lo que actualmente es el Campo de Polo, donde se disputaban los partidos de foot-ball, como se denominaba al deporte en esa época.

Jóvenes soñadores

Dentro de esa mixtura tan particular que presentaba el barrio de Palermo, un grupo de jóvenes soñadores, decidieron formar un club. Estos adolescentes solían reunirse en la vieja Plaza Monserrat, ubicada entre las hoy denominadas Bernardo de Irigoyen, Moreno, Avenida 9 de Julio y Avenida Belgrano -de las más famosas del Buenos Aires colonial-, para luego mudarse al viejo bar de Avenida Santa Fe y Coronel Díaz. Allí ya comenzaban a delinear las primeras excursiones al Delta del Río Paraná, a las islas del Tigre y a la Isla Maciel, de manera económica y familiar.

Además de los clubes de fútbol, por la inmigración de años anteriores se crearon espacios de reunión llamados Centros Sociales, lugares que inspiraron a muchos de sus miembros a formar otros, donde se reunían no sólo por ascendencia, sino por el placer de compartir otras actividades que podían ser deportivas, culturales, teatrales, excursionismo, musicales, etc.

Foto: la Plaza Monserrat, cuna de la fundación del CAE (agradecimiento: Adrián Bollici/Federico Topet).

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