Entre 1921 y 1980, funcionó en Colegiales una empresa acopiadora de granos y productora de harina. Su nombre era Molinos Minetti y ocupaba toda la manzana delimitada por Conesa, Concepción Arenal, Zapiola y Dorrego. Si bien hace más de cuatro décadas que ha dejado de existir, la estructura edilicia de la imponente industria alimenticia no fue demolida sino que se la restauró para que en el mismo lugar, se construyeran viviendas y oficinas. Molinos Minetti tuvo en su momento tanta importancia, que se hizo un ramal del Ferrocarril Mitre para que ingresara a sus instalaciones. Todavía hoy, si se presta atención en inmediaciones de Concepción Arenal y Conesa, se pueden ver las antiguas vías en desuso, asomando en el pavimento.
Cuando el ramal funcionaba, continuando con su recorrido de carga, penetraba también en el desaparecido Mercado Dorrego (hoy, Mercado de las Pulgas) y llegaba hasta conectar con el Ferrocarril San Martín. Sin embargo, a mediados del siglo pasado, en las adyacencias a Molinos Minetti comenzó a crecer un barrio de emergencia, identificado a grandes rasgos, como “la villa de Colegiales”. Su expansión provocó que en los terrenos ferroviarios donde estaba asentada, fuera mermando la actividad. En 1978, bajo el mandato de la dictadura militar, la villa fue erradicada, pero al poco tiempo, también la empresa le puso punto final al funcionamiento de su planta industrial. Tras algunos años de abandono, los viejos silos fueron reciclados al compás del nacimiento de este lujoso e imponente complejo inmobiliario.
De acuerdo a la opinión de los especialistas, este emprendimiento, por sus características, ocupa un lugar muy destacado en las preferencias de mucha gente. Prueba de ello, es un artículo publicado hace poco por La Nación. Tiene como título “Oasis en Buenos Aires: los edificios con los mejores jardines de la ciudad, cómo son y cuánto cuesta un departamento”. En la nota además de los Silos de Dorrego, se hace hincapié en mega construcciones como Mirabilia Palermo, Torres de Ramsay, Horizons y Quartier Sinclair.
En una parte introductoria del artículo, se explica: “Vivir en un departamento de estos edificios ofrece a sus propietarios acceso a una amplia gama de servicios y facilidades en un solo lugar. Entre otras ventajas, estos espacios comunes tienen beneficios que no se encuentran en los edificios tradicionales, como piletas, quinchos, salones de usos múltiples, canchas de fútbol, entre otras. Por lo general, estos jardines están ubicados en edificios con seguridad las 24 horas del día, lo que proporciona una mayor tranquilidad a las familias. Además, están a cargo de un personal especializado que se ocupa de mantener el jardín limpio y ordenado, sin que los residentes tengan que preocuparse por la tarea”.
Luego, en relación específica a los Silos, la descripción es la siguiente: “El más particular de la lista y el único que incluye tanto viviendas como oficinas, es el complejo de los Silos de Dorrego que funcionó como molino hasta aproximadamente la década de 1980, para luego recuperarse a partir de 1993. Ubicado en el barrio de Colegiales sobre la calle Dorrego al 1900, está formado por dos cuerpos adosados que generan grandes plantas continuas de aproximadamente 2400 metros cuadrados. Conserva su estructura original de cinco pisos de altura, así como sus vigas, columnas, puentes y escaleras metálicas recrean el carácter original fabril del edificio. El jardín es una de sus mejores características. En medio de un amplio parque de 5000 metros cuadrados que da la sensación de estar en un country en plena ciudad se ubica una pileta climatizada de 20 metros de largo frente a su propio restaurante, Silos Club. El jardín también alberga una cancha de paddle, juegos para chicos, un gimnasio y un sauna con sector para masajes. Los departamentos son en su totalidad viviendas tipo loft y arrancan en US$2500/m² y pueden llegar a US$3500/m². En la Torre A, donde se encontraban las oficinas de Molinos Minetti con espacios rectangulares, se vende un loft de dos plantas y 215m² totales por US$660.000”.
Foto: los Silos de Dorrego, vistos desde el exterior.
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