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Por aquí pasó el Club Atlético Colegiales

Volvemos a viajar, nuevamente, en el tiempo, para poner la mirada en un club al que muchos relacionan por su nombre con el barrio. Pero acaso no sean tantos los que sepan que, efectivamente, el Club Atlético Colegiales (no confundir con el Deportivo y Social Colegiales de la calle Teodoro García 2860) posee gran parte de sus raíces en nuestro terruño. Esta institución que en la actualidad milita en la Primera B Metropolitana de la AFA, lleva un largo período afincado en la localidad de Munro. A unas cuantas décadas de haberse mudado, es muy poco lo que lo sigue uniendo al barrio de Colegiales, más allá de su denominación. Sus hinchas son, en su enorme mayoría, vecinos de la zona norte del Gran Buenos Aires. Sin embargo, su historia revela un rico pasado vinculado a estos lares. De hecho, el motivo de su nombre es fiel testigo del lugar en el cual sus hinchas le dieron los primeros impulsos a la entidad de colores azul, rojo y amarillo.

Una vista del viejo estadio de Teodoro García y Giribone, inaugurado en 1923 y desaparecido diez años después.

En resumen, respaldados literariamente por la colosal obra de Roberto Banchs (el libro publicado en oportunidad del centenario de la institución) diremos que el club nació en 1908 como Libertarios Unidos. En 1916 pasó a llamarse Sportivo del Norte. Utilizó hasta los años 20, diversas secretarías y estadios (hasta el momento, ninguna en Colegiales). En 1922 debió dejar la cancha que alquilaba en Núñez (hoy, Libertador y Paroissien), al tiempo que institucionalmente, sufría una escisión merced a la cual llegaría el cambio de nombre y la mudanza a la vecina manzana delimitada por Giribone, Palpa, Teodoro García y Charlone (una porción de dicho predio es hoy una escuela secundaria).

El 16 de diciembre de 1923 inauguró el flamante estadio, en un encuentro contra Argentinos Júniors. Durante casi una década se mantuvo en ese sitio, cuya dirección oficial era Teodoro García 3651. Coincidió esa época con un período de prosperidad futbolística: Cole se dio el gusto de intervenir durante varias temporadas en la Primera A de aquellos tiempos. Por su parte, tuvo sedes administrativas en Freire 908 (1922), Teodoro García 2885 (1924), Lacroze 3036 (1932), Freire 927 (1933) y Céspedes (1939).

El predio donde estaba la cancha, en tiempos actuales.

No obstante, aquel señorial estadio también debió dejarlo en 1933, pues nunca fue dueño de la propiedad sino que se la arrendaba a Pío Roncoroni. El 9 de abril de aquel año jugó en Teodoro García y Giribone su último cotejo, frente a Sportivo Barracas, para luego deambular por diversos escenarios, hasta que en 1948 logró establecerse en Malaver y Posadas, Munro. Paulatinamente, el sentido de pertenencia de sus simpatizantes, comenzó a rotar hacia el norte. Las generaciones fueron sucediéndose a medida que el club iba desligándose de la identificación que lo mantenía unido a este barrio. De todas maneras, en 1943 alcanzó a inaugurar una filial temporal en Colegiales, en Álvarez Thomas 1057 (foto principal, donde actualmente se levanta un edificio de varios pisos).
Contó luego con otras secretarías en Forest 855 (1969) y Forest 929 (1972). Pero cuando en 1977 cerró definitivamente sus filiales administrativas en la Capital, la relación con nuestro barrio, que era cada vez menor, quedó reducida prácticamente a la nada misma, y tras aquel extenso ciclo, el viejo Tricolor, desarraigado del suelo porteño, pasó a ser de Munro casi en su totalidad.

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