Si un chico de estos tiempos supiera cómo se divertía hace unas cuantas décadas, la gente que hoy tiene su misma edad, probablemente, se sorprendería mucho. En la era de la tecnología, aquellos juegos del ayer parecen haber quedado a años luz de distancia. Sin embargo, hay muchos entretenimientos de antaño que permanecen en la memoria de nuestro vecino de la calle Zabala. Don Eduardo, no sólo los conserva en su mente; además, en forma de poseía, los ha sacado a la luz a través de su talentosa pluma.
Históricos juegos
Cuántos cosas han pasado
A hacer una triste historia
Y refrescando la memoria
Me acuerdo del tiempo aquel
Que hoy me hace estremecer
Esa etapa atesorada
Con poco, casi era nada
Transitábamos contentos
Nuestro eterno pensamiento
Era jugar a la pelota
Con alguna media rota
Que nos guardaba la vieja
La llenábamos bien pareja
Hasta quedar redondita
También era la bolita
Otro juego disfrutado
Que siempre era resaltado
Como así las figuritas
Que venían de chapitas
Tirándolas contra la pared
Y revoleándolas después
Para ganarse las “caras”
Quedando las “secas” para
Los que llegaron de “atrás”
Otros juegos además
Colmaron ratos enteros
Como el yo-yo y el balero
Y la famosa “biyarda”
El aro de metal que rodaba
Con un alambre bien grueso
Que teníamos el embeleso
De jugar a las carreras
Yirando la manzana entera
Con una loable destreza
Y arribando a la cabeza
El que corrió más ligero
Queríamos ser primeros
De todas las seguidillas
El “yira-yira” la zapatilla
El “cachurra montó la burra”
Para que nadie se aburra
También estaba el “barrilete”
Bajando siempre el copete
Dalmiro y sus genialidades
Asimismo las bondades
De la popular escondida
Y las célebres corridas
Del vigilante y ladrón
Incluso era diversión
En épocas de las lluvias
Aunque el agua corría turbia
Inventábamos barquitos
Disfrutando ese jueguito
Terminando bien empapados
Y completamente mojados
Nos íbamos para las casas
Concluyendo esas regatas
Con un tremendo sermón
Y cumpliendo con unción
El castigo de la vieja
Que nos llevaba de la oreja
Primero a la bañadera
Sacándonos la ropa entera
Metiéndonos en la cama
¡Cuántas; cuántas macanas
Cometimos tiempo aquel
Que lo hicimos sin querer
Porque dinero no había!
Pero esta nostalgia mía
Añora ese lindo pasado
Que nos hubo deslumbrado
Y nos colmó de alegría
La vida siguió surcando
Como el barquito del recuerdo
De aquellos juegos tan tiernos
Que deleitamos con cariño
Quisiera otra vez ser niño
Para volver a vivir
Lo que nos hizo sentir
Aquellos años tan lindos
Foto: un dibujo del balero (artelista.com).
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