AMIGOS SON LOS AMIGOS
El hijo del vecino (*) cursaba la escuela primaria y tenía un mejor amigo, de esos que parecen inseparables. Después del colegio iba a merendar a su casa y viceversa. También, solía invitarlo a quedarse a dormir. Así ocurrió por varios años… Hasta que el chico se cambió de colegio, conoció otra gente y ya en la preadolescencia, dejó de darle bolilla. En la era de la tecnología, el hecho de verse menos seguido no era una excusa válida para dejar de hablar. Pero sin ningún conflicto de por medio, el vínculo se deshizo. El hijo del vecino se sintió triste y defraudado por la inesperada actitud de aquel “mejor amigo”.
A lo largo de la vida cosechamos amigos de todo tipo. Hay amistades que se destacan por ser muy fuertes. Pero suele ocurrir, que de pronto, una relación que parecía muy sólida, se rompe. En estas fracturas se mezclan unos cuantos sentimientos: sorpresa, desilusión, dolor, angustia. Es que el ser humano es inestable y dentro de su inestabilidad, también aparece la amistad. Esa inestabilidad emocional está fundamentada en elementos como el orgullo, la soberbia, el egoísmo… De acuerdo a la perspectiva de Dios, estas cuestiones reciben el nombre de pecado. Un pecado que genera que se separen amigos, así como además logra destruir matrimonios, familias y sociedades enteras. Un mundo caótico como éste, por ende, no es casualidad, sino la consecuencia de esos elementos dañinos que habitan en el corazón del ser humano.
Hay amigos y parientes que podrían decepcionarnos. Al mismo tiempo, existe Alguien que también quiere ser nuestro amigo pero que nunca nos defraudará. Yeshúa (Jesús) prometió estar con nosotros hasta el fin de nuestros días en la tierra y luego por toda la eternidad. Él es el único que jamás pecó. De modo que si algo ha prometido, también lo cumplirá. La muestra más clara de Su fidelidad y del amor que nos tiene, es que aceptó entregarse a la muerte para salvarnos de la condenación. No lo ignoremos. Aceptemos este regalo y sepamos que podemos confiar en Él, incluso más, que en los mejores amigos que tenemos aquí en la tierra.
Un sustento bíblico:
Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. Juan 15:13.
UN SISTEMA PELIGROSO
El hijo del vecino (*) era uno de los más destacados de su división. Responsable en sus tareas escolares, a menudo sacaba buenas notas y en cuanto a comportamiento, nunca le había traído disgustos a su familia. Estando en la secundaria, sin embargo, algo cambió. Los fines de semana por las noches, empezó a salir con sus compañeros. Una mañana, bien temprano, un llamado telefónico alteró la tranquilidad del hogar. El chico había ingerido tanto alcohol que terminó en el hospital. Sus padres no podían entenderlo… Se preguntaban: “¿cómo es posible que haya sucedido esto?”
En estos tiempos difíciles, hay niños que hasta cierta edad tienen una conducta ejemplar. Aplicados en la escuela y respetuosos en casa, sin embargo, pocos años después, la alegría y el orgullo que sus familias sienten a causa de ellos, se convierte en preocupación, dolor y tristeza. Una mezcla de elementos se combinan para acelerar esta transformación: influencias del entorno, desatención de los padres, tentaciones que ofrece el mundo… Suele ocurrir que los chicos pasan mucho tiempo en la escuela, que los padres están muy poco en casa… Pasa que hay un sistema que espera ansiosamente a que se den las condiciones para hacer a los adolescentes, víctimas del gran negocio de la noche, el alcohol y las drogas. Sucede también, que influidos por las malas compañías (esos “amigos” que nada tienen de amigos) muchos caen en la tentación que irradia este combo de destrucción y rápidamente sus vidas se vuelven una pesadilla.
No estamos exentos de ser la próxima víctima. Pero hay una palabra muy breve que es capaz de detener a tiempo la caída del precipicio. La palabra es NO. Si alguien se niega a entrar al mal camino, nadie puede meterlo por la fuerza. Eso sí, es necesario tener los ojos abiertos para reconocer si una ruta alegre y florida, no es en realidad el acceso a un sitio oscuro y de salida restringida.
Estemos atentos. No dejemos de hablar estos temas en casa ni de pedir consejos a nuestros seres queridos. Y por supuesto, consultemos siempre la sabia opinión de nuestro Creador, que se ofrece a ayudarnos en todo momento.
Un sustento bíblico:
(Dijo Yeshúa –Jesús-): Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil. Mateo 26:41.
(*) En Colegiales o en cualquier rincón del mundo… El “hijo del vecino” podrías ser vos, yo, o cualquier hijo de vecino.
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