Hace varias semanas, el vecino barrio de Villa Ortúzar estuvo en boca de mucha gente pues la prensa se hizo eco de una problemática que viene sufriendo al igual que tantos barrios porteños: la avance de las demoliciones de antiguas viviendas, que son reemplazadas por nuevos edificios. Sin embargo, lo que desencadenó una reacción todavía más fuerte de sus vecinos, fue un evento en particular, que se dio porque en la manzana que ocupa la Plaza Malaver, estuvo muy cerca de iniciarse la construcción de una torre de ocho pisos. En esta manzana, junto a la plaza, hay unas pocas viviendas. Una de las cuales se vendió y los compradores procedieron a demolerla con la intención de levantar un edificio. Pero el revuelo que se armó en el barrio y la repercusión que esto generó en los medios fueron casi instantáneos. Solo algunas semanas después, los inversores que habían adquirido el lote, desistieron de seguir adelante con su propósito inmobiliario. Finalmente, se supo que el Gobierno de la Ciudad será el próximo dueño del predio de la polémica, que le será cedido por el mismo grupo inversor (Ykonos Desarrollo) que se lo compró al propietario del antiguo caserón. Según lo que trascendió, la transacción no se efectuará con dinero, sino con una habilitación para que Ykonos Desarrollo pueda sumarle metros cuadrados a un edificio que está construyendo sobre la Avenida del Libertador. La dirección de esta torre no se habría dado a conocer, con el objetivo de que no surjan problemas con los vecinos que residen en las cercanías.
En cuanto a lo acontecido en la manzana delimitada por Estomba, Montenegro, Heredia y Girardot, el gobierno porteño usará el lote donde se acaba de demoler la vieja casa, para ampliar la plaza, acción que precisamente, era la que anhelaba la gente de Villa Ortúzar que se había movilizado para que no prosperara la edificación proyectada por el grupo inversor.
Foto: la esquina de Montenegro y Heredia.
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