Uno de los ramales del la línea 168, en su marcha desde La Boca hacia San Isidro (sus dos cabeceras) pasa por la calle Conesa para luego tomar la Avenida Federico Lacroze y un par de cuadras más adelante –en Ramón Freire- unificar su recorrido con el otro ramal. Es decir que desde Freire y Lacroze, el recorrido es uno solo. Más allá de esto, el motivo de este artículo es destacar un hecho llamativo acontecido en Conesa y Federico Lacroze, con la parada de este colectivo. Para ir sin más rodeos a la información, hay que decir que la misma “desapareció”, aunque los pasajeros continúan esperando en el mismo sitio la llegada del 168 y los choferes siguen deteniendo sus rodados para que asciendan y desciendan los pasajeros. Sin embargo, la parada física, desde hace un tiempo, ya no está en la mencionada esquina.
Revista Colectibondi -portal especializado en la problemática del transporte- hizo alusión al tema en un artículo publicado días atrás. ¿El título? “La extraña desaparición de una parada de colectivos hace ruido entre vecinos y pasajeros”. En la nota se cuenta lo expresado líneas arriba: el poste ya no está pero en lo cotidiano, la parada funciona. Además, hay capturas de pantalla de Google Maps que confirman que hasta hace unos meses el poste todavía estaba en su sitio.
El autor del artículo agregó que, efectivamente, no se trataba del clásico refugio techado sino del antiguo “palo” con el número del colectivo. “No era de las modernas –se consignó- sino que seguramente eran de las que colocaba la misma empresa pintada de una manera casi asemejándose al fileteado porteño. Las paradas colocadas por la misma empresa cuando se abren nuevos recorridos o se cambian lo ha6cen para no esperar a que el GCBA se decida a hacerlo”.
En relación al misterio que implica la ausencia, Colectibondi señaló: “De hecho hay una curiosidad más que nos contaron los pasajeros. La parada que ‘desapareció’ lo hizo de una forma muy prolija. En la vereda no hay rastros, ya que no quedó cortada sino que el espacio donde se encontraba anclada fue rellenado con cemento para alisar la vereda. ¿Curioso no?, teniendo en cuenta que la línea no ha cambiado su lugar de parada”.
¿Qué pasó?
Con el objetivo de indagar más profundamente en la cuestión y terminar con la intriga, este medio acudió a la esquina de Conesa y Federico Lacroze. Un golpe de vista bastó para confirmar que el poste ya no está. Sin embargo, un breve diálogo con una comerciante de la cuadra, también alcanzó para corroborar que la gente continúa utilizando el mismo punto para realizar sus viajes en la línea 168. El doble interrogante (¿quién y por qué se quitó el poste?), no obstante, no pudo ser develado por la señora ni, hasta el momento, por nadie.
Como cierre de la nota, es posible aportar un dato nuevo. Unos veinte metros hacia la mitad de la cuadra, pegado en el tronco de un árbol, un cartel señalizador con un número 168 bien visible –el que ilustra esta nota-, indica que allí es ahora la parada, si bien a que en la práctica, los usuarios se inclinarían por aguardar la llegada de su trasporte en el punto tradicional, a pesar de que ya no haya rastros de que los colectivos deban detener allí su marcha.
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