No es difícil deducir que, de todos los que me ha tocado escribir hasta el momento, este capítulo es el más doloroso, pues abarca el período en el cual el Partido Nacionalsocialista se afirmó en el poder. Al igual que tantísimos judíos e incluso otras minorías como los gitanos, los Wildau’s quedaron expuestos al peligro de la avanzada nazi.
Acaso avizorando un oscuro horizonte, hubo integrantes de la familia que, ya en 1933, comenzaron a salir de las fronteras alemanas. Eran Irmgard Wildau y su flamante esposo, Bernard Loewenstein, quienes habiéndose casado en 1932, al año siguiente emigraron a Holanda, que también sería anexada más tarde al régimen, aunque la pareja no llegó a sufrirlo en carne propia, pues en 1935 viajó a Sudáfrica para radicarse allí. Pero, ¿quién era Irmgard Wildau? Se trataba de la hija de Salomon Wildau –fallecido en 1928-, hombre que a su vez, tenía varios hermanos. Dos de ellos, Oskar (nacido en 1880) y Leopold (1883), emigrarían a la Argentina unos años después, en septiembre de 1938, en tiempos en que las dificultades para los judíos estaban a punto de ingresar en una etapa tremenda de la historia.
Sin embargo, estos dos hermanos consiguieron escapar, poniéndose a salvo de una ofensiva nazi que terminaría con unos cuantos miembros de la familia Wildau, arrastrados hacia los campos de concentración levantados en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, que comenzó en 1939. Viajaron, junto a sus esposas Matilde y Marta, y cada pareja, con sus tres hijos varones: Herbert, Walter y Heinz (hijos de Oskar) y Helmuth, Rudy y Werner (hijos de Leopold). Oskar, mi bisabuelo, se estableció en la provincia de Entre Ríos; su hermano Leopold, en la vecina provincia de Santa Fe.
Cuando ellos dejaron su Alemania natal, lo hicieron sin saber si volverían a ver o no a sus parientes. Sus padres, Neptalí y Dorette, probablemente ya hubiera fallecido. También, uno de sus hermanos, el recién mencionado Salomón. Pero tenían además otros hermanos, que lamentablemente, permanecieron en el país dominado bajo la dictadura hitlerista. Se llamaban Hugo, Albert, Karolina y Rudolph. Es muy factible que ellos nunca se hayan enterado de cuál fue el destino de estos hermanos. Pero por documentos recogidos recientemente, se sabe que al menos los tres primeros, Hugo, Albert y Karolina, fueron deportados y trasladados con sus respectivos cónyuges a diversos centros europeos de exterminio. Albert (nacido en 1884), fue asesinado en Riga, Letonia, en 1941. Karolina (nacida en 1889) en Zamosc, Polonia, en 1942. Y Hugo (nacido 1886), en Auschwitz, en 1944.
Tampoco sobrevivieron algunos Wildau’s de la generación posterior. Por ejemplo, Erich y su esposa, fallecieron en Auschwitz en 1942; Walter lo hizo el mismo año en Majdanek, Polonia. También en ese sitio y con un mes de diferencia, murieron los mellizos Hugo y Kurt, que por entonces tenían 19 años. Los cuatro, eran hijos de Salomon y hermanos de Irmgard, quien sí sobrevivió gracias a haberse exiliado con su marido en Holanda, unos años antes. De este matrimonio, cuando ya estaban instalados en el continente africano, nacería en 1947, en Johannesburgo, Sudáfrica, Peter Loewenstein, la misma persona a la cual, de manera totalmente inesperada, puesto que no sabía de su existencia ni él tampoco de la mía, tuve el placer de conocer unos meses atrás. Peter, que actualmente reside junto a su esposa Stella en Nottingham, Gran Bretaña, es el autor de una parte muy importante de la investigación de nuestro árbol genealógico. Gracias al apasionado interés que puso en recopilar nombres, apellidos, fechas y valiosa información en general, hoy es posible que las precisiones que resumo en estas líneas, puedan salir a la luz luego de casi un siglo de triste oscuridad.
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