Barrio Mío

Aquella bomba que estalló en Colegiales en pleno Mundial ‘78

El año pasado se conmemoraron los 40 años del Campeonato Mundial obtenido por la Selección Nacional en Argentina ‘78. Numerosas notas se escribieron con motivo de lo que significó un trascendental acontecimiento, ya no sólo en materia exclusivamente futbolística sino a nivel general, en un país gobernado por la dictadura militar que había tomado el poder en 1976 y estiró su mandato hasta 1983.
La mayor parte de los recordatorios mediáticos, apuntó a homenajear a los jugadores que se brindaron en pos de aquella epopeya futbolera conseguida por el plantel de César Luis Menotti. También se tocaron temas alusivos a lo extrafutbolístico, como suele suceder cuando se habla de un Mundial 78 enmarcado en la represión y la violencia ejercida desde el propio aparato del Estado.
Y acaso en esa ola de recuerdos, algún medio haya hecho referencia a un suceso acaecido en Amenábar 1036, barrio de Colegiales, la mismísima noche en la que la Selección derrotaba a Perú 6 a 0 y se clasificaba para el cotejo definitorio con Holanda.
Ese día el equipo de Menotti precisaba al menos cuatro goles para obtener su pasaporte a la final, lo que tenía gran parte del país en vilo, por lo difícil de la empresa. Poco después de que Luque lograra la ansiada conquista, una bomba estalló en una vivienda ubicada en esa dirección. ¿Quién vivía allí? Era Juan Alemann, funcionario del Ministerio de Economía que por entonces, comandaba Alfredo Martínez de Hoz. Alemann, en aquellos meses de euforia que se vivía por el Mundial, había criticado duramente a sus organizadores (el Ente Autárquico Mundial ‘78), en función de lo que consideraba, un excesivo gasto que se estaba realizando para que la Copa del Mundo se jugara en nuestro territorio. Se dice que el dinero que la Argentina puso para hacer el Mundial, orilló los 700 millones de dólares, unas diez veces más de lo que calculaba la Junta Militar apenas asumió el Gobierno en 1976. Pero el EAM tenía vía libre para gastar sin control y Alemann dio a conocer su malestar con opiniones disidentes que los medios periodísticos difundieron en mayor o menor medida.
Aquel 21 de junio, la explosión provocó grandes destrozos en su casa y la onda expansiva destrozó vidrios en la cuadra. El edificio lindero sufrió daños, con vidrios rotos hasta en el quinto piso. Pero Alemann resultó ileso, en tanto su esposa recibió heridas leves en el cuero cabelludo. Al día siguiente el diario La Prensa publicó la información con este título: «Se atentó con explosivos contra el Secretario de Hacienda».

Una noticia publicada por el Diario Crónica, reflejada en las páginas del libro «78. Historia oral del Mundial», de Matías Bauso. En la foto principal, la casa de la calle Amenábar, en estos días. 

Nadie se atribuyó el atentado, si bien las sospechas recayeron sobre aquellos a quienes el ex funcionario había molestado con sus incómodas declaraciones.
En medio de la algarabía por aquella goleada, el ruido mediático se fue tras el 6-0 ante los peruanos. Del atentado, poco y nada se habló. La Prensa, que sí lo hizo, dijo que la bomba estalló en el barrio de Belgrano, ignorando que ese sector de la Capital pertenece a Colegiales. Desde luego, con una noticia así, un error sobre la jurisdicción es lo de menos, aunque todavía hoy, mucha gente (vecinos, incluso) sigue cayendo en la misma equivocación.

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