Los alumnos, papás y maestros que en la mañana del miércoles 5 de septiembre, se acercaban al Argentina School, se encontraron con un cuadro inesperado: el micro escolar en la misma posición de cada día, en la puerta del colegio primario y secundario, pero con la particularidad de haber sido consumido por el fuego. Incrustado en la parte trasera del ómnibus, un Peugeot 307 en similares condiciones: arrasado por las llamas. Una gran cantidad de periodistas, camarógrafos con sus equipos de trabajo y móviles de prensa, completaban el inusual panorama mañanero.
La explicación se propagó rápidamente: cerca de las las 3 de aquella madrugada, el auto, en el que viajaba una pareja, se desvió levemente del carril central de la calle Giribone, pero lo suficiente como para embestir al transporte escolar estacionado entre Palpa y Céspedes. Segundos más tarde, tanto uno como otro (primero lo hizo el vehículo particular) ardieron como consecuencia del voraz incendio desatado. La pareja escapó del lugar mientras algunos vecinos, tras reponerse del susto, colaboraron en la extinción de las llamas con matafuegos y baldes de arena.
Las causas del increíble incidente no se dieron a conocer, pues los ocupantes del Peugeot, que lograron salir antes del incendio, partieron raudamente y según fuentes policiales, no lograron dar con su paradero.
Al día siguiente -este jueves- el paisaje de la calle Giribone al 800 era similar: aunque el auto sí había sido retirado, niños y adultos todavía no salían de su asombro al contemplar el ruinoso estado en el que quedó el micro de la escuela.
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